La verdad es que en un principio, y llevado por una soberbia casi adolescente, denostaba al Windows 95 con desprecio porque para mí, que había manejado pantallas con letras toda mi vida, aquel Windows 95 lleno de ventanitas suponía una amenaza a mi supremacía sobre el resto de los mortales. Si Windows era tan fácil de usar, mi tío no me llamaría para que le ayudase y aquella propina me venía de perlas para el fin de semana. Poco a poco, la edad me dio la sensatez necesaria para comprender que si quería que el ordenador se convirtiese en un electrodoméstico más de cada hogar (y yo lo quería, pues era y soy un amante de la informática y de la tecnología), no era Mahoma quien tenía que ir a la montaña, sino que era la montaña quien tenía que ir a Mahoma. Y así fue como Microsoft no esperó que las masas aprendiesen a hacer un dir, un md, o un del. Sino que convirtió a Windows no en un accesorio del MS DOS como había sido hasta ese momento, sino en la forma de usar el ordenador. Lo cierto es que fue una baza jugada con maestria y un gran avance para todo el mundo de la informática. La facilidad de manejo animó a muchas personas a comprar un ordenador, lo cual benefició no sólo a Microsoft, sino a casi todos los fabricantes de hardware y software. Aquello marcó el despegue definitivo de Windows y por consiguiente de Microsoft. Las siguientes versiones no hicieron sino dar a Microsoft más y más ventajas sobre el resto de sistemas operativos. Parecía que aquello ya no tenía remedio y que Windows sería por siempre "el sistema operativo".
Desde 2001 aproximadamente, una comunidad cada vez mayor de desarrolladores de software libre comenzó a construir herramientas que iban acercando Linux a Windows, y poco a poco fue ganando más y más adeptos. Pero lo cierto es que la principal razón por la que el pueblo llano se acercaba a Linux (cuando lo hacía) era por evitar Windows, no por una verdadera afición al sistema de Tux. El caso es que en 2006 Dell, uno de los principales fabricantes de PCs del mundo hizo una encuesta para saber qué deseaban sus clientes. ¿Qué podría hacer Dell por sus consumidores? La respuesta fue masiva. La gente quería Linux preinstalado en los ordenadores Dell, con arranque dual. Es decir, la gente no quería deshacerse de Windows de momento, pero quería tener Linux ya instalado en el nuevo ordenador. La distribución elegida fue Ubuntu 7.04
Pero lo que yo veo es que la comunidad Linux sigue siendo muy diferente en esencia a la comunidad Windows. Los seguidores del pingüino son en gran medida como era yo en 1995. Siguen adorando manejarse entre comandos abstrusos e ilógicos, y siguen despreciando mayoritariamente a la gente que quiere manejarse con ratón entre ventanas. No aceptan que es la máquina quien tiene que acercarse al ser humano, y no el ser humano a la máquina. Y lo cierto es que si la comunidad Linux quiere que Linux sea el sistema operativo de referencia (y es de suponer que así lo desean), dicha comunidad habrá de aceptar tarde o temprano que Linux ha de poderse manejar en un 99% a golpe de ratón. Y pongo un ejemplo de cómo Linux y su comunidad no son —aún— una alternativa real a Windows que pueda hacerle sombra al sistema operativo de Redmond.
Recientemente y para dar ejemplo me he instalado Ubuntu después de probar varias distribuciones. He decidido Ubuntu por ser precisamente el elegido por Dell, y por ser el más fácil de manejar, ya que así me serviría para mi experimento de propagar las bondades de Linux y ganar adeptos. La instalación ha sido verdaderamente increíble (de buena). Da gusto tener instalados los drivers correctos para tu tarjeta gráfica y de sonido, y de red nada más terminar la instalación, cosa que Windows no es capaz de hacer. Sin embargo algo tan simple como hacer funcionar un adaptador Bluetooth USB ha sido un suplicio. No hay forma de conseguir en el entorno gráfico que funcione. ¡No hay donde hacer que funcione! El problema de las distribuciones de Linux es que o son fáciles o difíciles de manejar. Y en esto Windows gana de largo con un interfaz gráfico que permite hacer desde las tareas más tontas, hasta las configuraciones y ajustes más complejos sin necesidad de ir a una ventana de comandos.
Buscando información para mi problema de Bluetooth, lo que he visto por todas partes es gente ¡¡que se comporta como yo lo hacía en 1995!! Enorgulleciéndose de escribir parrafadas de comandos que para cualquier profano son un auténtico jeroglífico. Así no se convence a nadie para que se pase a Linux. A los que les gusta eso no hace falta convencerles, ¡¡ya usan Linux!! Pero a un padre de familia "normal" no le puedes decir que deje su cómodo Windows para convertir su experiencia informática de fin de semana en un martirio. Afortunadamente yo me gano la vida a golpe de teclado, y para mí buscar información de este tipo es habitual y relativamente fácil, y además escribir chorreos de comandos en una árida ventana de texto también es parte de mi día a día. ¿Qué habría sido de mí si fuese una de las miles de personas con un perfil de simple usuario? El caso es que después de buscar información y encontrar numerosas alternativas y aplicarlas me ha sido imposible hacer funcionar el Bluetooth. De modo que he arrancado desde Xp y he seguido usando Windows el resto de la tarde, ya que necesitaba crear una red bluetooth, cosa que Windows me ha dejado hacer sin complicaciones de una forma intuitiva y sencilla en unos 45 segundos.
Si la comunidad Linux quiere realmente desbancar a Windows, Linux tendrá que ser tan bueno como Windows o más. Tan fácil como Windows o más. Y habrá que abandonar la idea de que Linux sea un sistema operativo "sólo para hombres".
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