Desde su invención establecer una comunicación telefónica era relativamente sencillo. Se levantaba el auricular y se hablaba. Allí había una señorita a la que le decíamos el abonado con quien queríamos hablar (generalmente se decía algo así como
"Quiero hablar con la Sra. Hills, en Belle View, por favor") y la operadora se encargaba de realizar la conexión. Cuando las líneas telefónicas fueron extendiéndose este sistema empezó a ser complicado, de modo que se asignaron códigos a los abonados de tal manera que para las llamadas de larga distancia seguía siendo necesaria la intervención de la operadora, pero para llamadas locales bastaba con introducir el código del abonado. Pero claro, un cambio tan dramático como éste, que implicaba incluso una modificación en los terminales telefónicos necesitaba ser explicado al gran público. Por ello, en 1927 Bell System elaboró esta película muda a modo de manual de uso de los nuevos terminales con disco para marcar
"How to use the Dial Phone" la película, además de ser clarísima (mucho más que muchos manuales modernos) es verdaderamente adorable. Por otro lado deja ver cómo ha cambiado el tratamiento de información en mucho menos d eun siglo. La escena de las operadoras con los libracos es alucinante.
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