3 may 2005

Intercambio cultural

Sé que muy probablemente esto traerá cola. Muy probablemente habrá respuestas, y muy probablemente seré tildado de racista, de clasista, de fascista o de cosas peores. Porque el grueso de la población se deja llevar gustoso por las consignas oficiales, por la postura oficial. La que te dicen los estamentos públicos que sigas. Y si no la sigues, eres un racista, un clasista, un fascista y todos los "ista" que uno quiera. Pero es que a mí lo políticamente correcto me da muchísimo por saco, así que paso como de la mierda de toda esa parafernalia oficial que dice que la vivienda no está cara, y esas tonterías.

¿A qué viene todo esto? Pues resulta que hoy, viendo el telediario, he mantenido una conversación que ya había mantenido muchas otras veces. La noticia: Manuel, un chaval de 17 años juega en un parque de Madrid con unos globos de agua (todos hemos jugado a eso cuando hace calor) junto a unos amigos cerca de una fuente. Cuando van a rellenar los globos a la fuente, un niño se lo impide, Manuel se encara con el niño que va a buscar a su hermano, el cual llega con más de media docena de amigotes, que vienen "acompañados" de navajas y bates de béisbol. Aquí cabe reseñar dos puntos. 1º Que los agresores eran de origen dominicano, y 2º que jamás se ha visto que un niño muriese apuñalado por intentar llenar un globo de agua.

Y resulta que uno piensa. ¿Cuándo ha habido pandillas de este tipo en España? NUNCA. Ahora que me venga alguien a decir que la inmigración no trae problemas, consecuencias, crimen ni nada por el estilo. El problema es que el que viene a España normalmente es un individuo que en su país ya es un deshauciado y viene a España a la desesperada. Gente de un estrato sociocultural bajísimo, y que se trae consigo su """cultura""" (con muchas comillas). Pero qué quiere que le diga, oiga, ese """intercambio cultural""" como que no lo quiero. Se meta usted su """cultura""" por donde más gusto le dé, pero no me la traiga a mis calles. No quiero ver cómo sus niños y no tan niños se reúnen en bandas, supuestamente para defenderse del racismo. ¿Del racismo? Sí, eso dicen, pero lo curioso es que no veo que haya asesinatos de sudamericanos perpetrados por españoles, sino que más bien que esas bandas se dedican a matarse entre ellas. Y ya de paso, cuando no tienen nada que hacer, se dedican a matar niños españoles, como ha sido el caso de Manuel. Y que no me venga nadie hablando de los gitanos, porque los gitanos aún siendo un colectivo conflictivo jamás ha apuñalado a nadie por una pelea de niños por usar una fuente pública para rellenar globos de agua.

Luego uno ve estadísticas y lee que el 80% de la población carcelaria en España es de origen inmigrante. Pero vamos a ver. ¿Es que nos han tomado por gilipollas? Si la inmigración no incide negativamente en la criminalidad, ¿por qué el porcentaje de inmigrantes en las cárceles no está en torno al 8% como ocurre fuera, sino que se dispara al 80%? Venga, que alguno me lo argumente diciendo que en las cárceles hay muchos inmigrantes encarcelados porque la policía es xenófoba. Sólo me faltaría eso por ver.

¿En contra de la inmigración? En absoluto. La economía tiene un ritmo muy propicio, y la inmigración cumple un papel fundamental en el desarrollo económico y social de España. Pero creo que es lícito demandar que esa marea humana que viene a buscarse la vida, no nos la haga imposible a los que ya estábamos aquí desde hace rato.

Por favor, señoras y señores de la clase política, y señoras y señores súpersolidarios de todo tipo de organizaciones: No intenten vendernos la moto de que somos muy malos por pensar que la inmigración, en términos generales, trae consigo problemas de delincuencia. Porque como yo, hay muchos españoles que no somos imbéciles y vemos lo que ocurre. La criminalidad aumenta.

Y mis queridísimos inmigrantes, de las mafias paramilitares de Europa del Este que roban coches y viviendas, de las cuadrillas de rumanos que atracan coches en los semáforos de Madrid, de integrantes sudamericanos y centroamericanos de pandillas callejeras de nombres ridículos, de cárteles colombianos que ajustan cuentas a tiros por la calle, de mafias chinas que extorsionan a comerciantes españoles para echarles de las que consideran "sus calles", etc. Queridos inmigrantes todos. Si venís aquí, que sea para currar, que de golfos y maleantes ya vamos sobrados en esta España nuestra. Y si traéis con vosotros tanta porquería, luego no vengáis llorando porque sois víctimas de un rechazo social que aunque ilícito e inmoral, está plenamente justificado. Porque a la gente no le gusta que le maten a sus familiares y amigos por la calle, que les amenacen, que les roben, atraquen, etc. Somos así de tontos. No se puede ir por la vida a Dios rogando y con el mazo dando.

NO A LA INMIGRACION CRIMINAL. Y ahora venga, que aquellos que no escuchan ni atienden, vuelvan a acusarme de xenófobo.
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