Dificultad: Baja
Precio: Medio
Tiempo: 30 min
Ingredientes (para 2 personas)
- 4 lenguadinas o lenguados pequeños pelados
- 1 cebolla mediana
- 200 ml de nata líquida
- Una docena de uvas blancas (preferiblemente sin pepitas)
- Un manojo de espinacas frescas
- Harina
- Aceite de oliva
- Sal
- Perejil
Preparación
Es preferible que el pescadero pele las lenguadinas, ya que estará harto de hacerlo y hacerlo bien. No obstante no es demasiado difícil. Haz un corte en la piel cerca de la cola. Agarra el pescado por la cola con un trapo o un papel de cocina para que no se resbale, y con la otra mano agarra la piel por el corte que has hecho y tira fuertemente hacia la parte delantera. Si lo haces bien la piel saldrá como el papel de una madalena. Una vez peladas las lenguadinas, sazónalas y enharínalas ligeramente. Calienta abundante aceite en una sartén y cuando esté bien caliente fríe el pescado sin que se tueste demasiado ya que luego lo mantendremos cociendo otro poco. Una vez fritas, apártalas.
Corta la cebolla en juliana muy fina y sofríela a fuego lento. Cuando la cebolla esté transparente, coge las uvas y cáscalas ligeramente de forma que no suelten demasiado jugo (la uva es muy dulce y sólo queremos un toque). Deja friéndose las uvas. Al calentarse soltarán algo de zumo. Cuando las uvas estén fritas, mete las lenguadinas e inmediatamente vierte la nata líquida bajando el fuego para que no reduzca demasiado. Rectifica de sal la salsa con cuidado, ya que al reducir la nata siempre sala mucho. En cuanto la nata comience a hervir en un par de minutos estará listo.
Prepara las espinacas dejando sólo las hojas y quitando los peciolos. Una vez limpias y lavadas, sécalas todo lo posible (un escurridor de ensaladas es perfecto) y cubre con ellas el fondo del plato. Saca las lenguadinas, colócalas en los platos y vierte por encima algo de salsa. Decora con perejil picado o entero.
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