A salvo de fantasmas gracias a la TDT

Poltergeist comienza con un cierre de emisión al son del himno nacional, seguido del ruido blanco, momento en el cual los malos usan el espectro electromagnético inutilizado para comunicarse con la pequeña Carol Anne. Afortunadamente hoy en día los programas de teletimo sin control y los infumables anuncios de cachivaches, no dejan espacio ya para los fantasmas. Aunque casi prefiero que entren en casa los espíritus burlones antes que el pelmazo del cocinero italianoide, George Foreman con su freidora, o culturistas haciéndome creer que se mazaron a lomos de una bici estática que se mueve sola, por no hablar de la insoportable fulana de C.I. inferior al de un geranio, que escribe CANJURO como nombre de animal (merece la pena verlo), mientras una cinta transportadora menea fotocopias de billetes de 500. Y para esto nos hicieron comprar el puñetero descodificador de la mierda de la TDT.