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La molécula "fotografiada" y un modelo clásico en plástico de la misma molécula |
La ciencia tiene dos formas de avanzar. Una es explicar lo que vemos. Se coge cualquier fenómeno del que desconocemos su naturaleza, y se buscan sus fundamentos para explicar de forma coherente por qué sucede lo que sucede. Pero cuando más espectacular es la ciencia es cuando predice lo que va a suceder. Cuando en base al conocimiento científico previo, se hace una predicción concreta. Cuando esa predicción luego se verifica, la Ciencia se eleva como auténtica base de nuestro conocimiento de todo lo que nos rodea. Y estos son los momentos científicos que a mí más me ponen. Hay muchos ejemplos. Esto sucedió con el vaticinio de la existencia de Neptuno en 1821 que se confirmó mediante observaciones en 1846. Lo mismo cuando la expedición británica para la observación del eclipse de 1919, que corroboró las predicciones que hacía la Teoría de la Relatividad de Einstein, enunciada 14 años antes. Y esto ha sucedido tras conseguir
fotografiar una molécula de pentaceno (con lo que ello implica*), y que han permitido ver que las moléculas no son muy diferentes de lo que la Ciencia había predicho (una vez más).
* Fotografiar una molécula, en el sentido estricto de la palabra, es imposible, ya que una molécula es más pequeña que la longitud de onda de la luz, por lo que la luz "pasa a su lado" sin que rebote en ella, y por tanto pueda fotografiarse. Las técnicas que se emplean en esta "fotografía", deberían llamarse magnetografía, ya que se asemejan más a la captura de alteraciones en el campo electromagnético, que a capturar la luz en sí misma.
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