Los premios Pandereta de Lata 2009

Acabo de leer las concesiones de los Premios Príncipe de Asturias y aún no he salido del shock. Resulta que le han dado el galardón de Investigación Científica y Tecnológica a Martin Cooper y a Raymond Tomlinson. ¿Y quiénes son estos señores? os preguntaréis. Pues Martin Cooper es en resumidas cuentas el "inventor" del teléfono móvil (atención a las comillas). Ah bueno, la telefonía móvil es un gran avance. Ha permitido llevar las telecomunicaciones a lugares a los que no llegaba el tendido de telefonía por cable. De hecho, la mayoría de países del tercer mundo tiene mejor cobertura de móvil que España, por increíble que parezca. Más de la mitad de la población lleva móvil, y no hablamos de gente de Noruega o Canadá. Hablamos de habitantes de Egipto, Kenya, Perú, Indonesia, India... Hay que reconocer que ha supuesto una revolución en el acceso a las comunicaciones equiparable al teléfono de Bell, ah, no que lo inventó Meucci. ¿Y Tomlinson? ¿Qué mérito hizo este prohombre para el bien de la Humanidad? Pues el mérito de este muchachote neoyorkino, a ojos de los ilustrísimos y sapientísimos jurados de los Premios Príncipe de Asturias es haber elegido la arroba para el correo electrónico. Sí, espera que lo repito. Haber elegido la arroba para el correo electrónico. ¡Menuda Investigación! Es un premio dado por haber hecho una elección de entre las ciento y pico teclas del teclado. Agárrate que vienen curvas. No le han dado el premio al que inventó el correo electrónico, sino al que en 1971 eligió una tecla de su teclado en una tarde brumosa, para separar el usuario del sistema al que pertenecía (juanperez@sistemaperez). El correo electrónico llevaba inventado desde mediados de los sesenta, pero eso a los señores jurados les da igual. Mola más lo de la arroba. Además seguro que sale en una de las tarjetas del Trivial Pursuit. Los Premios Príncipe de Asturias, creados a imagen y semejanza de los Nobel, se han quedado a la altura del betún... o más abajo. Se han convertido en unos premios chabacanos y de barrio. Premiados elegidos con el periódico grasiento del bar, (como el que le dieron a Fernando Alonso), sin atender una trayectoria académica, profesional, etc. Lo que es noticia y/o está de moda, es premiable. Unos premios a fin de cuenta, muy a la española (como los Goya, etc). No se nos puede pedir más.

¡Ah! Yo el otro día elegí entre ensaladilla rusa y macarrones con tomate en un bar. Creo que voy derechito al Príncipe de Asturias 2010.