No es que me parezca grave que menos de la mitad de los votantes se haya dignado a votar. Es que me parece indignante que María Teresa Fernández de la Vega tenga la poca vergüenza de decir que la participación ha sido muy digna.
A la ciudadanía nos encantaría ver a los políticos, cuando les mandamos semejante aviso, pidiendo perdón por ser tan sumamente inútiles de no conseguir que ni siquiera uno de cada dos votantes se haya visto atraído a ejercer su derecho al voto. A nosotros nos encantaría ver cómo uno tras otro, los representantes de los principales partidos piden perdón por hacer una campaña de mierda en la que no sólo no hablan de política Europea, sino que ni siquiera hablan de política nacional. ¡Es que los muy sinvergüenzas ni siquiera hablan de política! Se limitan a lanzarse acusaciones pueriles sobre aviones o sobre escoltas, en mítines en los que nos piden que les mandemos a Europa a cobrar el sueldo de eurodiputado, que para el que no lo sepa, es de 7.665,31 euros brutos al mes, más 300 € en concepto de dietas, que suman alrededor de 14.000 euros al mes, así redondeando, amén de desplazamientos pobre y escasamente justificados que usan en ocasiones para traslados de familiares e incluso vacaciones, y claro, complementos por participar en comisiones y demás emolumentos difícilmente cuantificables. Pero no lo verán nuestros ojos, no. Unos y otros se limitan a autocomplacerse lamiéndose los huevos como hacen los perros. La capacidad de autocrítica de nuestra clase política es inversamente proporcional a su sinvergonzonería canallesca, y por eso para ellos, un 45% de participación, es una participación muy digna... Y que conste que les comprendo, la verdad. Si yo fuera tan sinvergüenza, me daría con un canto en los dientes con conseguir engañar a apenas un 20%.
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Yo sí que voté, ni a unos ni a otros; pero voté y el caso es que no sé a qué.
Desconozco por completo en qué consiste nuestra representación en Europa, los proyectos de cada partido etc etc. Quizá como ciudadana debería de haberme informado con más interés; pero me parece una vergüenza que en vez de aclarar al público general "de qué va a esto" y las soluciones de cada partido, se dediquen a hacer un circo patético...
A mí es que echar la papeleta me hace mucha ilu. Pero ya está, esa era toda mi motivación.
Yo ya la política la dejé, que me hago muy mala sangre.
Jajaja, y me encantan tus artículos reivindicativos. ¡Viva el Lirón!
Mi querida y misteriosa Pepperann, yo también fui joven e idealista, y también me hacía ilusión eso de echar la papeleta. Pero cuando luego fui madurando y dándome cuenta de lo que implica ese voto, del beneplácito que implícitamente estoy dando, me negué.
Pero agradezco de veras tus elogios. :)
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