Empezaré diciendo que estoy un poco hasta los huevos ya. Tengo que decirlo claro. Estoy hasta los huevos de esa campaña hábilmente orquestada por la derecha (mediática y política) sobre Podemos en general y Pablo Iglesias Turrión en particular atacándole de un modo manipulador y pueril sobre sus declaraciones acerca de Cuba o Venezuela. Pero sobre todo estoy hasta los huevos de un determinado sector de la izquierda que ha abrazado esos contraargumentos como aquel que escupe hacia arriba, haciéndole el caldo gordo a quienes son, en teoría, sus antagonistas políticos.
En virtud de la razón y la objetividad, no debería ser necesario aclararlo, pero como alguno vendrá tocándome la moral acusándome de partidista o sesgado, voy a tener la cortesía de aclarar que no soy votante de Podemos y hay postulados de su línea política de los que yo me distancio.
Sí es cierto que Pablo Iglesias Turrión ha alabado en algunas ocasiones las bondades de los regímenes venezolano y cubano. Lo manipulador es quedarse con la mitad del discurso que más conviene. No he visto nunca a Pablo Iglesias Turrión defender una dictadura. Lo que sí ha defendido son las políticas sociales y de igualdad que se han promovido en esos países. Eso y nada más que eso. Y aun no siendo votante de su formación, oiga, yo firmo. ¿Acaso la igualdad es mala cuando se promueve en una dictadura y buena cuando se promueve en democracia?
El argumento de los tontolíticos cuando se les rebate esto suele ser salirse típicamente por la tangente espetando otros argumentos como "en Venezuela hay censura" o "en Cuba hay desabastecimiento" (o viceversa) o populismo, o cualquier otro dislate de estos países. Como si en algún momento el líder de Podemos hubiese alabado la censura o el desabastecimiento (esto es lo pueril). Del mismo modo que salen con el "si un servicio público no funciona porque no hay dinero, no vale para nada". Efectivamente no cumplirá su función, pero el problema no es ideológico sino económico. También es bastante pueril confundir el culo con las témporas.
Pareciera que algunos malintencionados manipuladores secundados por hordas de tontolíticos multicolores buscan la alineación total o ninguna en absoluto. Algo así como que uno no puede alabar la independencia de la BBC sin apoyar al mismo tiempo la posesión británica de Gibraltar. Los manipuladores me merecen algún respeto por su inteligencia y astucia. Pero ninguno en absoluto me merecen los borregos que repiten su mantra sean de su mismo color o no.
En virtud de la razón y la objetividad, no debería ser necesario aclararlo, pero como alguno vendrá tocándome la moral acusándome de partidista o sesgado, voy a tener la cortesía de aclarar que no soy votante de Podemos y hay postulados de su línea política de los que yo me distancio.
Sí es cierto que Pablo Iglesias Turrión ha alabado en algunas ocasiones las bondades de los regímenes venezolano y cubano. Lo manipulador es quedarse con la mitad del discurso que más conviene. No he visto nunca a Pablo Iglesias Turrión defender una dictadura. Lo que sí ha defendido son las políticas sociales y de igualdad que se han promovido en esos países. Eso y nada más que eso. Y aun no siendo votante de su formación, oiga, yo firmo. ¿Acaso la igualdad es mala cuando se promueve en una dictadura y buena cuando se promueve en democracia?
El argumento de los tontolíticos cuando se les rebate esto suele ser salirse típicamente por la tangente espetando otros argumentos como "en Venezuela hay censura" o "en Cuba hay desabastecimiento" (o viceversa) o populismo, o cualquier otro dislate de estos países. Como si en algún momento el líder de Podemos hubiese alabado la censura o el desabastecimiento (esto es lo pueril). Del mismo modo que salen con el "si un servicio público no funciona porque no hay dinero, no vale para nada". Efectivamente no cumplirá su función, pero el problema no es ideológico sino económico. También es bastante pueril confundir el culo con las témporas.
Pareciera que algunos malintencionados manipuladores secundados por hordas de tontolíticos multicolores buscan la alineación total o ninguna en absoluto. Algo así como que uno no puede alabar la independencia de la BBC sin apoyar al mismo tiempo la posesión británica de Gibraltar. Los manipuladores me merecen algún respeto por su inteligencia y astucia. Pero ninguno en absoluto me merecen los borregos que repiten su mantra sean de su mismo color o no.
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