10 mar 2009

Impresiones 5D Mark II

Después de una semana usando la Canon EOS 5D Mark II ya tengo una idea bastante formada sobre ella y las impresiones que me ha causado como usuario proveniente de la 10D. La transición desde la 10D ha sido impecable. La ergonomía y peso es idéntica, de modo que no se nota diferencia alguna. Algunos controles se han modernizado, como el interruptor de la rueda de selección, que ahora está integrado en el interruptor general, o el de iluminación del LCD pequeño, que ha pasado de la izquierda del mismo, a la derecha. Me ha parecido más traumática por ejemplo la colocación de algunos letreros que estaban en la 10D al lado de cada botón, mientras que en la 5D están entre su botón y el contiguo, con lo que a veces uno duda de si está apretando el botón que corresponde o el siguiente.

Lo único objetable que reconozco que me ha fastidiado bastante, es el incordio de que hayan cambiado el formato de las baterías. Las BP-511 de la 10D eran a 7,4 V y las LP-E6 de la 5D MkII son a 7,2 V. Además los conectores, geometría y demás no encajan, así que descartada toda posibilidad de reutilizar las 5 baterías que tenía para la 10D.

El tiempo de start-up notablemente más corto. Fue lo primero en lo que noté una diferencia brutal. De hecho, con la 10D en reposo, presionas el disparador y pasan unos cuantos segundos en los que puedes leer PR-A, EOS y demás mensajes en la pantallita, mientras aquello que quieres fotografiar pasa ante tus ojos para tu desesperación. De hecho, cuando prevía gran actividad, lo que hacía era desactivar el modo reposo. En la 5D el tiempo según manual es de 0,3 segundos, que en términos humanos es nada. En lo que te llevas la cámara al ojo ya está lista para disparar, lo que unido al tradicional autofoco de Canon, de altísima velocidad (sobre todo si tenemos motores ultrasónicos en las lentes), hace que ni se note que la cámara está en modo reposo.

La mejora en la velocidad de lectura/escritura. En tamaños sRAW2 puedes disparar una ráfaga que se va escribiendo en la tarjeta casi en tiempo real. Esto evita el desesperante tiempo de vaciado del buffer de 9 fotos que tenía la 10D.

Distintos modos de RAW. Esto sí que ha sido toda una ventaja. El formato RAW es la razón de ser de la fotografía digital. El problema que tiene el RAW frente al JPEG es la compresión. O la carencia de la misma, claro. El RAW viene a ocupar grosso modo más de 1 Megabyte por Megapíxel (Mpx). Esto, en una cámara de 21 Mpx como la 5D empieza a ser un problema. Estamos hablando de sólamente unas 35 fotos por Gigabyte como máximo. Por otro lado, una imagen de 21 Mpx tiene unas dimensiones de 5.616 x 3.744 píxeles, que son más que suficientes para imprimir en tamaño DIN A2 o incluso mayor. El problema que se presentaba hasta ahora era, si necesito un tamaño menor de imagen, tengo que ir al formato JPEG donde sí puedo elegir menores tamaños, y menores mayores de compresión, lo que reduce el tamaño de cada archivo. Pero pierdo las ventajas del RAW. La 5D permite elegir 3 tamaños de RAW: El RAW original, de 26 MB por fichero, el sRAW1 de unos 14 MB por imagen (bastante para imprimir un DIN A3), y el sRAW2 de unos 5,5 Mpx y 11 MB por foto, que son más que suficientes para imprimir en DIN A4. No desperdiciamos espacio en la tarjeta de memoria con tamaños de imagen enormes que no necesitamos realmente.

Fotómetro Spot. Entre los modos de medición de luz, un modo heredado de las hermanas mayores (1D y 1Ds), que viene a complementar los modos evaluativo, parcial y de prioridad al centro de la 10D. El modo de medición spot viene a ser un evaluativo más restringido (medición en el 3,5% central del encuadre, frente al 8% del modo evaluativo)

Los 9 Puntos de enfoque seleccionables, contra 7 anteriores en la 10D permiten un mayor control sobre dónde colocar el enfoque, aunque muchas veces prescindo de la selección de punto de enfoque ya que es algo que uno puede solventar recomponiendo el encuadre.

Posibilidad de disparar en modo automático grabando en RAW. Esto era una gran carencia de la 10D. Aunque no usaba el modo full Auto casi nunca (el verde, como yo lo llamo, por el color del selector), la verdad es que en determinadas ocasiones de condiciones cambiantes, cuando le dejaba la cámara a alguien para que hiciese una foto, etc. me era de utilidad, y en esas ocasiones era un serio inconveniente verse obligado a disparar en JPEG. Parece que en Canon se han dado cuenta de lo absurdo de esta decisión, y ahora se puede disparar en full Auto con cualquier selección de formato de salida.

Mejoras en la sensibilidad. Por ejemplo, el hecho de poder fijar la sensibilidad en Auto, lo cual es cómodo en condiciones de luz cambiante, para ocuparse sólo de otros parámetros (por ejemplo, en una exhibición aérea, fijar una velocidad y una apertura determinadas, y que la cámara compense con más o menos sensibilidad las necesidades de luz de cada momento). Esto no sólo es un lujo sino que cuando lo combinas con una increíble definición en sensibilidades altas, te da mucha tranquilidad. Con la 10D disparar a un ISO 1.600 era garantía de grano inadmisible, y te obligaba a contener la respiración al disparar para poder bajar a ISO 800. Con la 5D disparar con ISO 2.000 ó 2.500 (admite incrementos de 1/3) se ha convertido en algo habitual para mí en momentos de crepúsculo, amanecer o interiores. Y el ruido es increíblemente bajo. Por otro lado, los modos de sensibilidad L (equivalente a un ISO 50 aproximadamente) y los modos H1 y H2 equivalentes respectivamente a ISO 12.800 y 25.600 (sí, a mí también me dieron escalofríos).

Algunas pijadas como la corrección de iluminación periférica. Usando distancias focales muy cortas, se produce una gran diferencia de recorrido entre los rayos de luz que penetran por el centro de la lente, y los que penetran por las cuatro esquinas. Esto hace que la luz que recorre más distancia, pierda energía, e impresione con menor fuerza la película (en este caso, el sensor). Este efecto tradicionalmente se conocía como viñeteo, y es muy propio de fotografías antiguas, en las que se ven las cuatro esquinas muy oscurecidas, como si se mirase la foto a través de un tubo. Hoy en día, con las lentes asféricas este efecto se ha conseguido corregir en gran medida, pero en focales cercanas a los 10mm se sigue produciendo. Canon incluye una base de datos de sus lentes para compensar y corregir esa diferencia de luz entre esquinas y centro. Lo malo es precisamente eso, que sólo lo hace para objetivos Canon, y mi gran angular es Sigma (y a mucha honra), de modo que no le he encontrado gran utilidad de momento. También es de agradecer el mecanismo de limpieza del sensor, unido al software de eliminación de los restos de polvo. Se dispara una foto a un fondo homogéneo (el cielo azul es perfecto para esto), la cámara localiza dónde están los puntos de polvo, guarda esa información, y luego puede uno eliminar las dichosas motitas (en algunos casos motas bien gordas) que aparecen al llegar a casa y revisar las fotos, para desesperación del fotógrafo. La enorme pantalla, cuatro veces más grande que la de la 10D, y que consumirá (digo yo) cuatro veces más batería... La posibilidad de ver el histograma por canales, y no sólo por luminosidad, los efectos de filtros de colores y de tintes en el modo monocromo (te evita tener que hacer este trabajo en casa con el Photoshop), y algunas otras mejoras.

La 5D no tiene modos predefinidos (paisaje, retrato, acción, macro) como tiene la 10D, sino que tiene sólo los modos creativos con algunas diferencias. El modo Bulb ahora tiene un selector propio (en la 10D es una opción de tiempo más del modo Tv más allá de los 30''). Tiene un modo CA (Creative Auto), a mitad de camino entre el P y el full Auto, que parece diseñado para principiantes, a juzgar por el menú en pantalla con opciones del tipo "Poner el fondo más nítido", "Poner el fondo más borroso", "Foto más oscura", "Foto más clara" que no termino de encajar en una cámara que se supone es de uso profesional. Aún así, el modo CA es muy útil en determinadas ocasiones ya que ahorra trabajo. Por último tiene tres modos personalizables, llamados C1, C2 y C3 (por custom mode) que uno puede definir con parámetros a medida para ajustarse a distintos escenarios.

Cosas anodinas, como que el inútil botón de selección de puntos de enfoque de la 10D (inútil porque había que pulsarlo junto a otro botón lo que hacía imposible su uso para humanos), ha desaparecido, y en su lugar ha aparecido otro botón igualmente inútil para enfocar, cosa que se hace con el primer recorrido del disparador... Creo que lo voy a presionar menos que la Ç de mi teclado. O como el chulísimo conector (chulísimo por su aspecto y chulísimo por su nombre) de extension system terminal, que no viene referenciado en el manual, y que he tenido que buscar en Google. Por otra parte, no sé si será la costumbre, pero me gusta más el menú de la 10D, en el que están todas las opciones en una única (y enorme) lista. En la 5D están agrupados los controles por pestañas, y no sé si me acostumbraré, aunque sí es cierto que agradezco el modo "Mi menú" que permite personalizar una de las pestañas con las opciones que uno usa más frecuentemente para acceder a ella rápidamente.

Respecto al famoso Live View, como ya predije, no me acaba de convencer. Sólo le veo una utilidad clara. Con modo Live View, el espejo está levantado y se captura la foto en el momento de apretar el disparador. La carencia del movimiento del espejo, aparte de privarnos de un sonido precioso, tiene dos consecuencias positivas directas. Una, que se evita la vibración inducida por el mismo (por la cual se inventaron las TLR), y la segunda, que la toma de fotografías de este modo es absolutamente silenciosa, y útil cuando uno hace una foto furtiva. En cualquier caso, a lo largo de los años, he aprendido a toser convenientemente enmascarando el sonido del espejo. :)

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