Desde hace algún tiempo he venido mirando portátiles (netbooks, portables, ultraportátiles... el nombre es lo de menos) para cambiar el equipo que tengo ahora que ya va camino de la jubilación. Sin embargo, y como me pasa más a menudo de lo que me gustaría, se me antoja un equipo que, aunque usa la tecnología del momento, (no pido nada que no exista ya), no hay ningún fabricante que lo integre. Lo peor es la cara de horror con la que me miran algunos vendedores cuando comparto con ellos mis deseos. Como si pidiese un elefante rosa, o algo así. El caso es que ni en las tiendas de portátiles a medida he sido capaz de fabricarme un portátil con mis requerimientos.
Mi portátil ideal tendría:
- Una pantalla de 12 ó 13 pulgadas. Más implica un gasto enorme de energía para mantenerla encendida, y menos me parece demasiado pequeño, y además obliga a que las dimensiones totales del portátil sean mínimas, lo cual, a su vez, fuerza el hecho de que el teclado sea minúsculo e impensable para escribir más que ocasionalmente. Eso sí, es imperativo que el brillo se ajuste automáticamente en función de las condiciones de luz. Que la pantalla fuese táctil e incluso girable (a lo tablet PC) reconozco que me pone mucho, pero también admito que incrementaría notablemete el precio final, por lo que hago el esfuerzo y prescindo de ello.
- Sin unidades ópticas. Una unidad de DVD, BluRay o derivados, no hace más que ocupar espacio. Lo cierto es que hoy en día la gente va por ahí más con uno o varios pendrives, que con un disco. Además, de cualquier disco puede hacerse una imagen para usarla con el Daemon Tools.
- Con un SSD (o como los llaman por ahí "discos" de estado sólido, pa' mearse, jeje), de 64 ó 128 GiB. Con esto tendremos incluso para instalar un entorno de desarrollo. No da para meter juegos sin fin, ni para usar el portátil como central de descargas del eMule, ni para almacenar todas las fotos de tu historia, pero sí para tener un equipo con el que trabajar cómodamente.
- Un procesador Intel Atom, pensado para gastar poco. No sé por qué no se usan más. Los fabricantes de portátil siguen montando procesadores pensados para PCs de sobremesa. Se trata de tener un equipo con el que pasar largos periodos sin estar enchufado a la corriente. No quiero un Core 2 Duo, que es un sumidero de energía. Tampoco voy a jugar al Call of Duty
n en él. 1 ó 2 GB de memoria. No hace falta más. No voy a correr un servidor, ni voy a poner el eMule con 10.000 conexiones por archivo, ni burradas de esas. Para eso tenemos el PC grandote de casa. Con WiFi 802.11n activable mediante un pulsador. No quiero gastar energía cuando no la use, o cuando no haya un WiFi Spot cerca. Con Bluetooth integrado, y también activable mediante un botón, por la misma razón. Con un slot SIM para no necesitar una conexión de Bluetooth con mi móvil para conectarme a Internet cuando lo necesite, e incluso mandar faxes y demás, lo que me hace gastar la batería de mi móvil con la llamada, y la batería del portátil con el Bluetooth. Doble gasto de la preciada energía. Prefiero tener una SIM metida en el portátil y conectarme cuando lo necesite. Con una autonomía total de unas 8 ó 10 horas. Lo suficiente para hacer un salto en avión al otro lado del mundo con las pausas para echar un sueño, ir a mear, o comerte el pienso del avión. Con un cargador estándar. No quiero un conector de media docena de pines, que si se me rompe o se me olvida me vaya a costar un horror encontrar. Quiero un conector de corriente de tubo, de los de toda la vida, positivo dentro, negativo fuera, con un grueso estándar, con un voltaje normal, múltiplo de 1,5 V, de los que puedes crearte uno igual con cualquier transformador variable de esos que venden en cualquier ferretería por cuatro duros. Un peso total de no más de 1 Kg. Esto es relativamente fácil de conseguir con las baterías de iones de litio, y las unidades de estado sólido, además de prescindiendo de la unidad óptica. Un buen surtido de bocas USB. No sé por qué demonios los fabricantes dejan espacio de plástico libre, en vez de rellenarlo todo de USBs. Y los USB en vertical, por favor. Que luego llega un pendrive o cualquier enchufe más ancho de lo normal, y nos invalida los dos USBs de los lados. Si los ponemos en vertical, señores pensadores de portátiles, el ancho extra queda por arriba y por abajo. ¿A nadie se le había ocurrido? Del sistema operativo, no voy a hablar, ya que podemos tener varios. Con un pendrive de 32 GiB podemos tener un Windows XP ó Linux instalado con todas sus aplicaciones adicionales (yo he tenido en mis tiempos un portátil con un disco duro de 30 GiB y me sobraba espacio). De modo que el sistema operativo es una cuestión menor, pero sobre todo, no quiero que me lo vendan puesto. Eso me da mucho por saco. Y diseñado con cabeza. Es decir, no sólo que el diseño exterior sea atractivo, que no cuesta tanto (yo mismo soy capaz de diseñar media docena de portátiles "bonitos" y no soy diseñador), sino además pensando en por qué se pone cada cosa en cada sitio. Esto lo voy a ilustrar con un simple ejemplo: El Asus EeePC 901 trae la batería en la parte cercana a la bisagra, ocupando toda la anchura del equipo. Cuando se coloca una batería de alta capacidad (que por cierto, no fabrica Asus, y que abulta más que la de serie), la batería simplemente hace de atril. Inclina el portátil como si le sacásemos las patitas al teclado. No sé si esa circunstancia es casual, ya que como digo, Asus no comercializa baterías "más grandes", pero si al diseñador se le hubiese ocurrido colocar la baterí en un lateral, habría sido imposible adaptar una batería de mayor capacidad sin dejar cojo el portátil, o inclinado hacia un lado. Eso es diseñar con cabeza. Con patitas para poder inclinarlo. Es una bobada, pero es un gasto de baja tecnología, que cuesta dos duros, y a mucha gente le encantaría.
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