No sé si Hong Kong será la ciudad más ruidosa del mundo pero desde luego si lo es de las que yo he visitado. Por supuesto los barrios residenciales son tranquilos (los mid levels, donde vive la élite son lo más parecido al paraíso), pero una noche en un guesthouse del centro de Tsim Sha Tsui, en Kowloon pone a prueba al lirón más avezado. Incluso en un octavo piso con una ventana dando a un patio interior el ruido es más que insoportable.
Una macedonia de voces y alaridos, junto a un ruido de centenares de aparatos de aire acondicionado y otra maquinaria diversa, con un bajo continuo de tráfico, es toda una prueba de fuego a la hora de dormir.
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