10 dic 2009

Haidar no es Gandhi

He despejado mis legañas con el murmullo de fondo de la radio, como cada mañana, y en ese estado de vuelta a la vida he oído a Zapatero decir algo así como que la senda pacífica y dialogada es lo único que garantiza la seguridad a futuro.

Cuando surge algún conflicto, la senda del diálogo, del pacifismo, de la resistencia pasiva, etc. siempre están presentes al calor de ideas como Nelson Mandela o Gandhi. En estos días, el caso de Aminatu Haidar la ha catapultado a las primeras planas como “la Gandhi saharaui”. Evidentemente la actitud de Haidar, como la de Zapatero es tremendamente loable, pero de lo que frecuentemente nos olvidamos es de que esas sendas pacíficas no siempre son aplicables en igualdad de condiciones. Gandhi se enfrentó al Imperio Británico con esa estrategia porque se enfrentaba a un régimen democrático, cuyos gobernantes dependían de una opinión pública a la que Gandhi supo meterse en el bolsillo. Pero la Historia está cuajada de ejemplos en los que esto no funciona. Al actual Dalai Lama le sirvió (y le sirve) de muy poco el buen rollo contra la China dictatorial cuando se invadió el Tíbet. Y lo mismo sucedió con Pol Pot en Camboya o con los opositores a Bokassa, por citar un par de ejemplos entre muchos posibles.

Marruecos no es el Imperio Británico (qué más quisieran). Ni siquiera es un país democrático, ni está en vías de serlo. Marruecos sigue siendo un reino absolutista al más puro estilo del Antiguo Régimen, y contra este tipo de instituciones es absolutamente inútil adoptar posturas gandhianas.

No estoy haciendo aquí un alegato a favor de la violencia, ni instando a nadie a tomar la vía de las armas. Nada más lejos de mis intenciones. Pero entre un extremo y otro, entre el buenismo rayano en la indolencia y la guerra de guerrillas hay múltiples vías y caminos, y quizá la actitud laxa, tímida y blandengue que está adoptando el gobierno de España en el caso de Haidar sería válida contra el Imperio Británico pero desde luego no contra el Marruecos feudal.

Precisamente por eso lo suyo sería que España adoptase las medidas de presión necesarias y suficientes para desbloquear la crisis de Haidar con la firmeza y premura que asegurasen una resolución de la misma antes de que las cosas lleguen demasiado lejos y la huelga de hambre de Haidar la quite de en medio. Porque si esto sucediese, Marruecos sería culpable, pero España sería responsable, y sería una gota más que llenaría el cubo de la ignominiosa responsabilidad española en la indignante situación del Sáhara Occidental. Y ese reparto de culpas hará temblar el suelo de Zapatero bajo sus pies, pero provocará las risas de un Mohammed VI que no verá nada en su horizonte que haga peligrar su posición como gobernante absoluto.

Y es que Haidar no es Gandhi. No porque no pueda serlo, sino porque no vive en la India británica.

5 comentarios. Deja alguno tú.:

Unknown dijo...

Buenas.

Solo dos cosas.

1ª Si Haidar muere habra un unico responsable que es el gobierno de
Marruecos, el gobierno Español le ha dado unas cuantas opciones a Haidar para volver al Aaiuun

2ª La situacion de los Saharauis se la han buscado ellos solitos, hace 30 años querian que nos fueramos deprisa y corriendo y lo hicimos, asi que si ahora les toca soportar a Priscila que se jodan.

P.D.
Ghandi no vencio por ganarse a la poblacion britanica, gano por que Gran Bretaña estaba totalmente destrozada despues de la SGM.

Unknown dijo...

Me ha encantado el artículo, totalmente de acuerdo!!
Aunque prefiero ser optimista y pensar que todo el sacrificio de Haidar sí servirá de algo. Ya está bien de mirar para otro lado...

jaca101 dijo...

Si Haidar muere, la culpa es de Haidar.
Si no comes teniendo la posiblidad de hacerlo, te mueres de inanición y por tu culpa. Al menos eso me dice mi sentido común de toda la vida.

Me consta que los mandatarios políticos son unos cabrones pero no le encuentro sentido que uno de estos dos tenga la culpa de que una persona se muera porque no quiere comer.

El resto es solo política internacional y me la pela.

Nacho dijo...

Decir que si Haidar muere es por su culpa, por no querer comer, es tan frívolo como decir que si un fusilado muere es por su culpa, por no ser lo suficientemente rápido para esquivar las balas. Evidentemente Haidar ha decidido motu proprio iniciar una huelga de hambre, como la que decidió iniciar De Juana Chaos. Cuando una persona demuestra el empuje y convicción como para anteponer a su propia integridad física, su salud, y puede que incluso su vida, una causa que considera justa y noble, la comparta yo o no, merece desde luego toda mi admiración, de la misma forma en que me admira que la fe de unos hombres sea capaz de levantar una catedral, aunque yo no crea en Dios. Luego, en un segundo plano veremos si estamos o no de acuerdo con la causa defendida.

Pero es que además se da el caso de que la causa saharaui me parece totalmente justa y merece toda mi solidaridad. En los procesos coloniales (y todos sabemos que el Sáhara era una “provincia” por motivos interesados), es responsabilidad de la metrópoli que instauró dicha colonia, que el proceso de descolonización se haga con las suficientes garantías y tutela. Que los saharauis quisieran en su momento la independencia, lo cual es un derecho inalienable y respetable de cualquier pueblo (y recalco: CUALQUIER pueblo), no significa que por despecho o pataleta haya que abandonarlos a su suerte en una postura claramente pueril e irresponsable. Marruecos invadió un territorio aún bajo soberanía española, y España jamás movió un dedo ni por defender su propia soberanía, ni por realizar un proceso de descolonización acorde a derecho.

A todo esto hay que sumar los desmanes de Marruecos para con el pueblo saharaui, construyendo la valla de la vergüenza, expulsando a una franja ridícula de desierto a los legítimos habitantes de ese territorio y tratándolos como hace cualquier otro régimen totalitario.
La cuestión del Sáhara no es un tema de honor español. Es una cuestión básica de ilegalidad internacional, y de respeto a los derechos humanos. Y España, como antigua metrópoli de ese territorio debería promover de forma firme y definitiva el cumplimiento de las resoluciones de la ONU que exigen un referéndum de autodeterminación con las necesarias y suficientes garantías, y al que Marruecos se opone de forma ignominiosa.

Por último, dejadme decir que afirmar con tanto pasotismo como rotundidad que la política internacional se la pela a uno es una hipocresía cuando esa misma persona se solidariza con otras causas de política internacional como la cuestión del Tíbet, sin ir más lejos.

No podemos caer en el pasotismo, la indiferencia o la indolencia ante la injusticia, porque como dijo Edmund Burke, «Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los hombres de bien no hagan nada.»

jaca101 dijo...

Tienes razón e incluso pienso igual acerca del motivo político que la mueve; pero desde mi punto de vista morirse por no comer no tiene nada que ver con política, ilegalidades internacionales, etc... Soy frívolo? puede ser. No eres el primero que me lo dice.
No es lo mismo esquivar balas que esquivar comida.

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