En teoría, el Estado ha avalado millones de euros en crédito para que las instituciones bancarias concedan créditos a particulares y empresas. Sin embargo, los criterios de concesión crediticia son tremendamente rígidos y estrictos (mucho más que hace unos meses). Así las cosas, el problema financiero no es de liquidez sino de los mecanismos de concesión de crédito empleados por los bancos y cajas.
El Gobierno, haciendo un claro alarde de miopía, intenta resolver el problema con unas tremendas inyecciones por parte del ICO. Es decir, más liquidez. Sin embargo, deja el análisis de riesgos para la concesión de créditos financiados por el ICO, en manos de las mismas entidades financieras, que analizan la concesión de dichos créditos financiados por el ICO con los mismos criterios con que analizan (y deniegan) la concesión de créditos financiados por ellas mismas. Resultado: El ICO ofrece mucha pasta, que los bancos no conceden. Problema financiero sin resolver. ¿Tan difícil es ver esto?
Hoy, el señor Anxo Quintana se regodeaba como solucionador de los problemas, afirmando que todo se resolvería con la creación de un Instituto de Crédito Gallego, un mini ICO, que funcionaría igual que el ICO, pero a nivel gallego, inyectando dinero de la Xunta en la economía gallega. Por supuesto, el análisis de concesión de créditos, recaería (de nuevo) en las entidades financieras que de hecho ya no conceden créditos con fondos propios, y no conceden créditos con fondos del ICO.
¿Cómo es posible que uno tras otro tropiecen en la misma piedra? ¿Tan difícil de ver es?
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