26 ene 2008

Extraterrestres. La eterna cuestión

Ayer tuve una conversación recurrente en mi vida con mi compi Fernando. La misma que tuve hace unos días con mi amiga Cristina, y la misma que he tenido en numerosas ocasiones en el pasado.

Siempre surge de la misma manera. Alguien defiende los avistamientos OVNI, y los contactos con extraterrestres que llegan a nuestro planeta, y cuando yo le comunico mi escéptica postura, su defensa suele ser del estilo de "Es que me parece muy prepotente por tu parte pensar que estemos solos en el Universo." Y entonces es cuando yo pongo cara de pez globo, y pregunto tímidamente: "¿En qué momento hemos dejado de hablar de aterrizajes extraterrestres para pasar a hablar de posible exobiología?"

No sé si es casual que todas las personas que se creen a pies juntillas los contactos OVNI, usen sistemáticamente el mismo argumento defensivo, cambiando de plano, de discurso y de argumento mismo. Que mezclen churras con merinas y su defensa sea fintar al adversario retórico convirtiendo el debate en un diálogo de besugos del que una vez dentro, es difícil salir.

Mi postura acerca de la exobiología es clara: Considero que es posible y harto probable que haya vida fuera de la Tierra. Pero aquí hay que entrar en un sinnúmero de matices. Vida es un concepto curioso y resbaladizo que ni siquiera sabemos aplicar con firmeza en los organismos que nos rodean. Aquí mismo, en la Tierra, tenemos organismos vivos que nos cuesta identificar como tales (un lithops, por ejemplo) mientras que hay organismos como los virus (y más concretamente los retrovirus) que parecen comportarse como vivos, cuando su simplicidad orgánica hace borrosas las fronteras de dicho concepto. ¿Una molécula, por el mero hecho de reaccionar químicamente, está viva? El comportamiento de algunos virus es poco más.

Dado que en la Tierra se desarrolló vida, creo, como acabo de exponer, que es muy probable que esto mismo haya sucedido en otros planetas. La inmensidad tan sólo de nuestra galaxia (que contiene entre 200.000 y 400.000 millones de estrellas) hace que las probabilidades de que seamos los únicos seres vivos de la Vía Láctea sean bastante bajas. Si además tenemos en cuenta que en el universo, nuestra galaxia es de un tamaño más bien modesto, y que hay un número incalculable de galaxias, es fácil darse cuenta de que lo increíblemente raro sería precisamente que fuesemos la única forma de vida en el universo.

Tras lo dicho, mi postura acerca de los avistamientos OVNI y contactos extraterrestres es igualmente clara: Doy por sentado que existen los OVNI en tanto Objetos Volantes No Identificados, y yo mismo he visto en muchas ocasiones luces en el cielo cuyo origen no podía (y sigo sin poder) explicar. (Pero yo no me invento razones para aquello que desconozco, como hacía el hombre prehistórico que se inventaba un carro de fuego para explicar la existencia del sol). Por supuesto, si hablamos de contactos cercanos con extraterrestres, me parecen todos una patraña. Pero voy a exponer mis motivos para que quede claro que no son estas afirmaciones a la ligera.

La cuestión, es que para empeza la inmensa mayoría de los contactos con extraterrestres muestran humanoides: Seres de aspecto ligeramente similar al humano, con una cabeza diferenciada, bípedos, y con dos brazos con manos útiles, con un número variable de dedos. Esta es una prueba más que clara de lo absurdo de este tipo de avistamientos. Cualquier persona que tuviese dos dedos de frente no tiene más que mirar a su alrededor. En un mismo planeta, la vida se ha desarrollado partiendo de un inicio común, en base a unas mismas características (dependencia del agua, estructuras basadas en el carbono, etc), y en unas mismas condiciones físicas (mismos niveles de radiación, de luz, de presión, de gravedad, etc), y aún así, que alguien me diga en qué se parece una coliflor a un elefante. Y sin embargo quienes defienden los contactos con seres extraterrestres pretenden covencer a los demás de que una forma de vida desarrollada en un planeta completamente distinto, con condiciones que pueden ser radicalmente diferentes, y en base a estructuras químicas muy desiguales, que quizá respiren amoniaco, o vaya usted a saber... Resulta que el tipo que baja de la nave espacial es clavadito a mí. Tiene los dos ojos donde los tengo yo, la nariz en el mismo sitio, una boca pequeñita pero debajo de la nariz, y tiene dos brazos y dos piernas en la misma posición en la que los tengo yo. Vamos que no tienen bigote y barba por casualidad.

Otro elemento claro para mí, es el aspecto de los vehículos de transporte de los extraterrestres. Un amerindio precolombino jamás habría podido imaginar una carabela europea, ya que jamás había visto nada parecido en su vida. Si uno de ellos hubiese dicho ver venir a extranjeros, desde luego les habría visto venir en una canoa o un vehículo similar a cualquiera de los que él estaba acostumbrado a ver. Nuestra imaginación, por desbordante que sea, usa como semilla la información almacenada anteriormente en la memoria. Del mismo modo, un testigo de un fenómeno OVNI ve un vehículo interplanetario que es, exactamente, como lo construiríamos los humanos. De metal brillante, con ventanillas y luces. Vamos, que ni salido de un cómic de Flash Gordon. Esta es una prueba más de que esos avistamientos no son sino fruto consciente o subconsciente de la imaginación del testigo.

Otro argumento es la dificultad de los viajes interestelares. Siempre piensan estas personas que todo lo que venga de fuera es mejor (un pensamiento muy español, puede decirse en su defensa). Así, los extraterrestres siempre están más avanzados que nosotros. Pero claro, resulta sospechoso que la Tierra sea una especie de motel de carretera donde viene todo quisque del universo conocido, y de parte del desconocido a repostar y a veces a follar (lo digo por la cantidad de testimonios de supuestas violaciones). Y casualmente jamás los vea nadie con criterio, ni se hagan fotos decendes, ni queden pruebas fehacientes.

Claro entonces yo suelo decir que si aterrizase una nave extraterrestre, primero se detectaría llegando (hay miles de observatorios escrutando el cielo) y que el aterrizaje en sí sería un acontecimiento de escala histórica. Pero claro, me topo siempre con la tesis de que los gobiernos ocultan información. Vaya por Dios. Supongo que se refieren a todos los gobiernos del planeta sin excepción, claro. Para otras zarandajas como el cambio climático y tal no se ponen de acuerdo, pero si se trata de ocultar a los extraterrestres, en eso sí, se dan todos la mano y piensan todos del mismo modo. Incluso el de Tuvalu, Uganda o Kiribati, las doscientas y pico naciones. Bush y Ahmadineyad se toman unos vermús cuando hablan de ocultación de extraterrestres. Hablando de Bush, no deja de ser curioso que naciones poderosas que no son capaces de evitar ataques terroristas en su propio territorio, sí tengan una increíble capacidad para ocultar pruebas de los miles de aterrizajes y contactos extraterrestres que, siempre según los testigos, se producen cada año a lo largo y ancho del planeta.

En definitiva, que no me quiero extender más que luego me regañan por escribir artículos muy largos. Creer en los contactos con extraterrestres es una cuestión de fe. No me cabe duda. Yo es que de fe ando algo escaso, tengo que reconocerlo. De los dogmas no me fío nada, y de las promesas, poquito y según de quién vengan, así que conmigo es difícil contar. Mi pensamiento es más bien crítico y científico, y no especulativo. Si veo algo que no sé explicar, no me invento una explicación. Lo dejo en la categoría preguntas sin respuesta, a la espera de encontrarla, sin prisa. Si veo a un señor que es como yo, pero un poco más cabezón y de color verde o grisáceo, estaré más cercano a pensar que sea un vecino mío gastándome una broma, que de creer que vaya a llevarme a su nave a darme por el culo y a implantarme un microchip en el cogote.

3 comentarios. Deja alguno tú.:

Mademoiselle Boheme dijo...

jajaja... qué bueno.

Quién sabe lo que habrá fuera.
Y a quién le importa, si aún no fuimos capaces de descubrir qué hay dentro... y como empezó todo.

diego dijo...

actualmente tengo 17 años y cuando tenia aproximadamente 5 en mi habitacion tube contacto visual con una criatura que parecia ser un extraterrestre, yo era chico y me asuste. como a los 10 me sucedio algo similar. no se porque a mi. si alguien tiene una respuesta:buitrero-diego@hotmail.com

Nacho dijo...

Diego, al margen de que, como es lógico, no sé nada sobre tu caso, lo más plausible es que a los 5 y a los 10 años tuvieses una ensoñación o una alucinación. En cualquier caso, dado que no hay pruebas fehacientes para dar por cierta NINGUNA de las posibles hipótesis, (los extraterrestres no te dejaron una tarjeta de visita), lo más sensato suele ser buscar la explicación más racional.
Siempre que haya algo que no te expliques, intenta dar con la causa o el razonamiento más lógico, y que implique el concurso de menos elementos exóticos.
Si en igualdad de condiciones (como es tu caso) yo tengo que elegir entre pensar que he sufrido una alucinación, o que un ser ha atravesado el espacio sideral en una nave, para aterrizar en el planeta Tierra sin ser detectado por nadie salvo por mí, y se ha plantado en mi dormitorio, sin dudarlo me quedo con la primera hipótesis.
Espero haberte aclarado algo.

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