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La nueva versión (foto La Vanguardia) |
Divagando por Internet, me topaba el otro día con una
noticia acerca del fundamentalismo islámico. El caso es que por lo que parece, en varios países islámicos se está empezando a modificar el escudo del Fútbol Club Barcelona que aparece en camisetas y demás
merchandising debido, agárrense que vienen curvas, a que incorpora una cruz. En concreto incorpora la cruz de San Jorge. El problema de esta estúpida acción más propia de gente que piensa con el ojo del culo que con la coliflor que llevan por cerebro, es que demuestra que algunos homínidos no saben distinguir significante y significado. Porque la cruz de San Jorge (que no es sino una cruz roja sobre fondo blanco) no es, en el caso del escudo del FC Barcelona, un símbolo religioso, sino un ornamento más carente de todo significado. Podría entender, con algún esfuerzo, que eliminaran la cruz de algún tipo de estampilla en la que apareciese el santo en cuestión, o de lo alto de alguna iglesia. Y digo con esfuerzo porque eso implicaría aceptar la falta de tolerancia imperante cada vez más en determinados sectores del mundo religioso (en el islámico y todo sea dicho también aquí en casa, en el cristiano, que se lo digan al "foro de la familia" y otras agrupaciones radicales que tenemos por estos lares). Pero el fundamentalismo, el religioso o el de cualquier otra índole, se caracteriza precisamente por un bajísimo aprecio a la razón y por actuar de forma radical y drástica. La acción comentada es tan absurda como
Yo, en un arranque de idiocia sarcasmo acorde al nivel exhibido por algunos dirigentes religiosos islámicos, abogo desde esta tribuna por quitar el cuarto creciente de todos los calendarios que incluyan fases lunares, aduciendo exactamente las mismas razones.
El problema de la religión, es que la practican los seres humanos. Los percebes demostrarían más inteligencia.
1 comentarios. Deja alguno tú.:
Y no hace falta irse a países islámicos para que nos intenten modificar los escudos.
En Aragón, nuestras propias Cortes eliminaron hace casi dos años el Escudo de Aragón del Salón de Plenos. En su lugar colocaron una escultura de Pablo Gargallo quien la donó hace dos décadas.
¿El motivo? No hace falta ser muy listo para saber que se trata del "molesto" tercer cuartel del propio escudo que contiene cuatro cabezas cortadas (una cabeza de moro por cada parte de la cruz de San Jorge), aunque -como es obvio- desde las Cortes lo enmascararon en su día como renovación de imagen. ¡Já!
El tema de la inmigración (sobretodo con respecto a los islamistas) es un tanto peliagudo e incomoda a no pocos. Pero me parece una falta imperdonable que el asunto de eliminar las cuatro cabezas de moros del Escudo de Aragón esté abierto (aunque aparcado por el momento) y se pasen por el forro de los zapatos más de cinco siglos de historia de un emblema que, además, se considera el más tradicional del Aragón antiguo.
Lo siento. A mí es que me crispa mucho que vengan otros a echarme de mi propia casa, por muy aludidos que se sientan.
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