3 ene 2007

Sans "Comic Sans", sil vous plaît

Me preocupa seriamente el aumento de las expresiones de mal gusto. No me refiero al mal gusto por el mal gusto. Por amor al mal gusto. El mal gusto buscado como máxima expresión del humor soez, chabacano y políticamente incorrecto como el que expresa La hora Chanante. Ese mal gusto me gusta mucho. Pero no es eso lo que me preocupa, sino el mal gusto inconsciente. La expresión de la incultura generalizada en materia de estilo. (A propósito de esto, mi secretaria debería recordarme escribir una entrada sobre por qué es aceptable lo mal hecho, hecho a propósito, y no lo es lo mal hecho, hecho sin querer).

Me estoy refiriendo a la falta de estilo generalizada que se extiende como una peste bubónica por todo el mundo civilizado. Una carencia no ya de diseño, sino también de la demanda del mismo. Los diseñadores son mediocres, pero no pasa nada porque los clientes son aún más mediocres que ellos. Y el problema radica en el crudo hecho de que el buen gusto, el estilo y la percepción de la armonía es algo que, cada vez con más firmeza, creo que no es enseñable. A menudo veo gente con un pésimo gusto metida de lleno en el mundo del diseño. Y al mismo tiempo veo gente con un gran sentido estético de nacimiento, aunque no se dediquen en absoluto al diseño. Y es que, como le dije hace muchos años al que entonces era mi compañero Esteban “el grumete”, tan aficionado a usar juntos todos los efectos de sombra paralela, resplandor interior, bisel, etc, en un mismo letrero produciendo un estilo rayano en lo rococó que era una pedrada visual: “Saber usar el Photoshop no te convierte en diseñador. Es mejor saber usar el lápiz.”

Pero vayamos a un caso práctico, que es sobre lo que quiero hablar hoy. Las empresas gigantescas suelen ser las que más dinero se gastan en diseño. Bueno, son las que más dinero se gastan en todo en general, y lógicamente, también se lo gastan en diseño. Suelen tener manuales de imagen de marca verdaderamente enciclopédicos (aunque luego muchas veces sólo sirven para coger polvo porque nadie los utiliza), y se gastan millonadas brutales en la creación de un logo que aparentemente, cualquiera podría hacer. (En 1999 Telefónica se gastó 6 millones de euros de los de entonces en la creación sus actuales logo y nueva imagen de marca, en la que ni siquiera cambiaron los colores corporativos, verde pistacho y azul marino). Pues bien, Microsoft es una de esas macroempresas que no escatiman gastos en diseño, no sólo para consumo propio sino también para civilizar al resto. Así, Microsoft tiene una pequeña división (pero ya es algo) dedicada a la tipografía. En esta pequeña fábrica de sueños, se dedican a crear fuentes tipográficas que sean de fácil aplicación a la informática. Tradicionalmente las tipografías se creaban para su correcta legibilidad estando impresas sobre un papel, pero las espantosas resoluciones de pantalla que aún hoy tenemos, hacen que un texto en Times New Roman escrito a menos de 10 puntos parezca una procesión de hormigas, sucesión de garabatillos inconexos. Así, en sus primeras versiones sólo nos daba la Arial, la Times New Roman y la Courier New como tipos a elegir en las familias sin serifa, con serifa y de caja fija. En 1996 Microsoft crea el proyecto Core fonts for the Web a la vista de que cada vez se leía más sobre una pantalla y menos sobre un papel y poco a poco fue introduciendo letras especialmente diseñadas por encargo para ofrecer tipografías aptas para ser presentadas en pantalla (además del genial invento del ClearType). De este modo apareció Andale Mono, Tahoma, luego Verdana, Georgia, y un largo etc. Y en este cúmulo de creaciones más que aceptables en lo que al diseño cuidado se refiere, surgió la aberración. Y la aberración se llamó Comic Sans.

Porque si Ferrero Rocher es “la expresión del buen gusto”, Comic Sans lo es del mal gusto. Comic Sans fue un engendro auspiciado (y pagado) por Microsoft para ofrecer una tipografía informal que imitase la letra mayúscula y manuscrita con que están escritos los textos de los bocadillos de los cómics. Estas tipografías suelen ser muy atractivas y ofrecen un aspecto rápido y dinámico, además de ligeramente agresivo sin ser necesariamente invasivas o amedrentar al lector. Tienen fluidez y rápida lectura. Para ello, Microsoft contó con la colaboración del diseñador Vincent Connare que, por lo que a mí respecta, aquel podría haberse roto la mano derecha, o la izquierda. La que use para coger el ratón. Para empezar, las tipografías llamémoslas “de tipo cómic”, tradicionalmente carecen de minúsculas. Es una tipografía sólo para versales. Comic Sans es una letra de aspecto infantil con una curvatura a la izquierda en el eje vertical de la caja que hace que las letras tengan un extraño aspecto de goma.

Además de lo dicho, podría entrar en discusiones mucho más técnicas (y aburridas) como que carece por completo kerning, que carece de modulación, y otras muchas características más que harían las delicias de los tipógrafos/tipólogos/tipomaníacos pero que, salvo una excepción (excluyéndome a mí mismo), no están entre mi abrumadora masa de público y además harían que este blog se pareciese peligrosamente a un programa de Sánchez Dragó más aún de lo que, muy a mi pesar, ya se parece.

No obstante, desde que vio la luz la Comic Sans ha sido un auténtico fenómeno de masas al estilo del fenómeno Aquarius del anuncio aquel. Una tipografía que habría de haber sido condenada al ostracismo, con una utilidad muy limitada cayó en gracia de las masas de gente (ignota) que la ha convertido en su tipografía de cabecera. Y no es que la Comic Sans sea mala en sí misma. A ver. Es una tipografía bastante lamentable, aunque en palabras de su autor, era una tipografía hecha para usarse en software infantil. Lo cierto es que el juego Los Sims hace uso masivo de esta tipografía y no queda mal del todo. El verdadero problema es el abuso que se ha hecho de esta tipografía. Se ha convertido en la letra estándar para casi cualquier papel impreso que aparece en un tablón de anuncios. Desde el menú del restaurante hasta el anuncio de “se vende piso” que hay pegado en una farola. Desde la publicidad de la perfumería de la esquina al aviso de que no se arme follón en la cafetería porque hay gente trabajando cerca. La Comic Sans es el tipo por defecto de una inmensa mayoría de la gente. Pero además llega a sitios insospechados. Incluso papeles de carácter oficial se imprimen con esa tipografía (sé de primera mano por mi amiga Yaiza, que cuando los estudiantes de Ciencias Ambientales se reunieron con la Directora de Universidades para no sé qué historia suya que les indignaba mucho, le presentaron a la firma una declaración de intenciones que, ¡oh cielos! estaba redactada en Comic Sans, si llego a ser yo la susodicha directora, nada más ver ese papel hago con él una bolita y se lo tiro a la nariz a quien me lo da, para después salir corriendo con las manos por delante). He visto incluso resoluciones judiciales escritas con este aborto tipográfico. El caso es, además, que cualquier cosa escrita con Comic Sans parece escrita de cachondeo. Si a mí me citase un juez con Comic Sans jamás iría y le respondería pensando que está de coña. Por no hablar de masivo uso en páginas web, Messenger y derivados, blogs y toda suerte de documentos de carácter personal, además de la bestial masa de personas que escriben su correo a diario con esta letra, haciendo que me duelan los ojos con dos de cada tres correos, incluso de carácter corporativo, que recibo cada día, para mi tormento. Mi labor evangelizadora a favor del buen gusto es una gota de agua en el océano.

Esto ha hecho que se genere una, aún no organizada Resistencia ante el avance imparable de esta tipografía. Numerosas voces se han alzado en contra del espanto de la Comic Sans, aunque lo preocupante es que también han aparecido voces en su feroz defensa (cuyas tribunas por supuesto, no voy a publicitar aquí).

En este caso creo que mi admirado Sr. Surowiecki con su The Wisdom of Crowds se equivoca de plano. Me niego a pensar que por el hecho de que una masa brutal de gente acepte y use la Comic Sans, ésta tenga que ser considerada una letra bonita.

Y querido lector. Si quieres una tipografía de estilo cómic, o manuscrito, usa “Comic Book Commando” o “Lucida Handwriting” que también son gratis y sólo si realmente te sientes seguro de tu buen gusto, elige otra diferente.

P.S.: Por cierto. Todo este blog tiene como tipografía por defecto una elitista Frutiger Linotype, aunque aquellos usuarios que no la tengan instalada en su PC lo visualizarán con una vulgar Verdana.

8 comentarios. Deja alguno tú.:

Laura Sahagún dijo...

http://www.bancomicsans.spreadshirt.com/

Laura Sahagún dijo...

¿Y qué opina vd. de la Hobo? Es una especie de engendro pseudo art-nouveau con aspecto también como de goma, que, sin ir más lejos, y para escarnio de almas sensibles como la mía, decora el rótulo de la carnicería "Botía" de aquí al lado de mi casa. Afortunadamente, la fiebre del uso de esta tipografía parece que se ha enfriado un poco últimamente, y ya sólo quedan restos testimoniales en algunas tiendas de barrio y restaurantes de menú a 10€. Y siempre en mayúsculas, que es casi todavía peor.

www.fontscape.com/pictures/adobe/Hobo.gif

Laura Sahagún dijo...

Dios mío.... Éste va derecho al infierno...

http://re-type.com/notaweblog/images/comic.jpg

Laura Sahagún dijo...

¿Y qué hay acerca del uso de la Verdana o la Tahoma con fines ajenos a la visualización en pantalla? Ejemplos de tales tropelías impresas los tenemos a puñados por todas partes. Aparentemente, no llaman tanto la atención como el caso de la Comic-sans, pero un ojo avezado los capta enseguida. Y duelen lo mismo. Bueno, casi.

Nacho dijo...

Dios mío, qué furor. Vayamos por partes. El caso de la Comic Sans no es comparable al uso indebido de la Tahoma, ni al uso de la Hobo, etc. Y diré por qué. La Comic Sans es una letra con una usabilidad muy limitada. Es una letra que tiene un carácter concreto, a diferencia de Tahoma, Verdana, Arial, Georgia, etc, que son tipografías más neutras y por tanto más fácilmente utilizables en casi cualquier ocasión.
Para empezar, mi mayor espanto a propósito de la Comic Sans no viene por ser una fuente diseñada para pantalla usada para texto impreso, como se menciona a propósito de la Tahoma y la Verdana. Cuando recibo un correo electrónico escrito en Comic Sans me parece igualmente aberrante.
La Comic Sans es una letra fea. De entre las manuscritas es la más fea, y de entre las cómic lo mismo. Hay montones de alternativas más atractivas, aunque me seguirían pareciendo impropias de un correo corporativo. Una tipografía es una tipografía y de la misma manera que opino que una tipografía elegante por escrito, como lo es la Times New Roman es completamente inapropiada para visualización en pantalla por obvias razones prácticas de legibilidad, no opino a la inversa, y creo que cualquier fuente, sea cual sea su lugar de visualización objetivo, es susceptible de ser impresa ya que en el proceso inverso no a lugar los condicionamientos de legibilidad, pues cualquier impresora de gama baja tiene más resolución física que un monitor de gama alta. Tahoma es una tipografía de palo seco que, al margen de no ser tan atractiva como la Helvética/Arial por tener que abrir más sus ojales y apertura de líneas, es perfectamente imprimible. En el pasado han existido tipografías que han exagerado esas características, de la misma forma que ahora lo hacen Tahoma y Verdana (creadas para sustituir en pantalla a Arial) o Georgia (creada para sustituir en pantalla a Times New Roman) y jamás se dijo que no fueran aptas para ser impresas, ya que en aquel tiempo no había otro modo de presentar una tipografía.
No obstante, el verdadero problema con la Comic Sans es el uso masivo que se hace de ella que cae, en una mayoría de las ocasiones, en usos inadecuados. Como he expuesto en mi artículo, aún pareciéndome una tipografía que yo jamás elegiría, he reconocido abiertamente que dentro del juego Los Sims está contextualizada y no destaca tanto. Evidentemente, ver esa misma tipografía en una lápida o un bote de champú ya me pone los pelos de punta. La “Hobo” es una tipografía igualmente inapropiada para una lápida, pero el hecho de que esté menos sensibilizada hacia ella hace que verla en el rótulo de una carnicería me resulte incluso aceptable.

Anónimo dijo...

Lo más fuerte es, efectivamente, que carece de kerning. Eso es imperdonable en cualquier tipografía, por bonita o útil que pueda parecer a simple vista.

Unknown dijo...

:S:S:S
A qué no sabes en qué letra estoy imprimiendo??
Jo:-( Soy una mujer con mal gusto. Y yo que pensaba que era la reina del glamour!
Me acabas de causar un trauma!!
JAJAJA

yguana rosa dijo...

Me ha encantado este post!, madre mia, y yo que creía que está delirante búsqueda de una tipografía que me llenase el ojo era solo cosa de mi obsesiva forma de ver (e ir por) la vida... Qué susto y al mismo tiempo qué alegría: Pertenezco a la masa!
Confieso: también en este andar he tenido mi época de "Comic Sans". Ops.
Eres un Artista al escribir, Lirón. Gracias.
Y gracias a Internet, porque buscando algo totalmente ajeno a este tema, he llegado aquí.
Saludos.

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