Bueno, pues hace un par de semanas mandé a freír espárragos mi Samsung Omnia. Estaba realmente frustrado con el Software (el hardware es más que aceptable), pero los mandamases coreanos decidieron poco menos que echarle a su Ferrari gasóleo C para calefacción, en vez de gasolina 98. Y el resultado fue un magnífico móvil que lloraba por las esquinas cada vez que arrancaba y Windows Mobile le ponía zancadillas. Le puse al Omnia la distribución de Android que los muchachos de Andromnia han hecho, pero es una versión alfa y aún no permite ni hacer llamadas, de modo que me cansé de esperar.
Tras dudar entre el Hero y el Magic, me decanté por este último principalmente por el diseño exterior. Las características hardware del primero son algo superiores (no en vano es más moderno) pero el "alerón" que le han puesto en la parte baja se me hacía difícil de ver, y además es más cuadradote y feúcho. Lo que tenía clarísimo es que sería un terminal con Android y ante la escasez de terminales que incorporan este SO, no tuve mucho problema para elegir. A Samsung no me apetecía darle mi dinero por su Galaxy, y los chicos de HTC parecen haber apostado fuerte por el sistema operativo de Google, de modo que me apetecía premiarles. Y así fue como le llegó el turno al HTC Magic que es lo más parecido a mi móvil ideal.
El HTC Magic es un terminal pequeño (para ser un touchphone) con una pantalla ligeramente menor que la del iPhone, de policarbonato muy resistente. Y doy fe que es ciertamente resistente a los rayones. En la caja te encuentras el cargador de corriente, un cable USB, una funda de imitación de cuero muy útil para proteger la pantalla, y unos cascos con conector mini-USB. También tienes un mini manual. En Taiwán se han dado cuenta de que imprimir manuales que nadie se lee no tiene sentido, de modo que te dan un manual de media docena de páginas y te remiten a un manual en PDF disponible en la red si eres de los raros que se leen los manuales enteros. Y si eres de esos raros, tampoco te importará leerlo en formato electrónico, o seguramente tengas un eReader.
Empezaré por lo malo. En su contra diré que carece de cámara frontal para videoconferencia, carece de flash, no tiene conector de 3,5 mm para los auriculares, y la batería dura tan poco como con el resto de competidores, si bien a este respecto hay algunos trucos por software de los que hablaré más adelante en otro artículo dedicado expresamente a las que ya se han ganado el título de "Mis aplicaciones imprescindibles para Android". De todo esto, la mayor cagada es que los auriculares no se conectan a un adaptador. Es decir, no viene un adaptador mini-USB --> Jack 3,5 mm (como el que venía con el Omnia), sino que los propios cascos traen el conector mini-USB lo que hace que si uno quiere usar unos cascos normales, no sólo deba usar un adaptador, sino que además tenga que encontrarlo primero, (cosa que no sé si será fácil) y comprarlo después. Por último, con algunas aplicaciones realmente exigentes se vuelve un poco "pastoso" y se nota la "antigüedad" de su procesador (no me creo lo que estoy diciendo), pero no supone un problema y se puede decir que el 99% de las aplicaciones funcionan de forma fluida. Por último habría sido de agradecer una pantalla LED, y multitáctil, por pedir. Pero ya son refinamientos que, si bien son deseables, no son del todo imprescindibles.
Sin embargo, a favor tiene que es un terminal de última generación con inclinómetro, acelerómetro, GPS/A-GPS, brújula y demás. El cargador, de 1 amperio hace que el proceso de carga de batería dure apenas 45 minutos, lo cual es un auténtico lujo cuando uno se da cuenta antes de ducharse y salir de casa que no tiene batería en el móvil. En lo que termino de ponerme los calcetines, ya lo tengo cargado al 100%. En el Omnia esto duraba varias horas. Además el conector de corriente es mini-USB, lo que hace que estemos ya subidos en lo que será el estándar a partir de 2011. Se acabó el gritar en la oficina "¿Alguien tiene un cargador marca Nisu?" Ahora sólo habrá que gritar "¿Alguien tiene un cargador?" Esto es mucho mejor de lo que parece. El otro día llegué a casa de un amigo con el móvil muerto. No llevaba el cargador, pero ¿en casa de qué geek falta un cable mini-USB? Enchufé mi Magic a su Mac Mini, mi teléfono me preguntó que si quería transferir datos, le dije que no, y se puso a chuparle la corriente a su ordenador hasta que se cargó. Evidente el medio amperio del USB no lo cargó en 3/4 de hora sino en algo más de tiempo, pero me sacó del apuro. Un par de días más tarde hice lo mismo en casa de otro amigo con el cable cargador de los mandos de la PS3, que también es mini-USB. ¿Lo vais viendo? Las posibilidades son inmensas.
Pero sin duda la mayor ventaja es el sistema operativo. Android, si bien no es tan bonito como iPhone OS, no cabe duda de que es una virguería. Frustrado como estaba con el Windows Mobile del Samsung Omnia, dar el salto a Android ha sido como bajarse de un carro de bueyes para montar en un Concorde. El sistema de tres escritorios es una ventaja inmensa sobre iPhone OS. No sólo permite poner widgets, sino que además es cómodo y permite organizarse los accesos directos más usados por temáticas. En el central o home tengo el reloj, y los iconos de acceso a los contactos, llamadas, mensajes, correo electrónico etc. En el izquierdo tengo controles como activar o desactivar la WiFi, el GPS, la sincornización, graduar el brillo... En el de la derecha tengo herramientas para acceder a Twitter, Facebook, etc. En el maremágnum de las aplicaciones se echa en falta, al igual que en el iPhone, algún modo de organizarlos al gusto, en vez de tenerlas ordenadas a mogollón y por orden alfabético. Sería ideal poder tener carpetas para organizar las aplicaciones de forma lógica y eficaz.
Al encender el móvil por primera vez, me pide mi cuenta de Google y la contraseña. Al momento se descarga todos mis contactos de Gmail, que ya mantenía sincronizados anteriormente. De modo que en apenas un minuto, sin salir aún de la tienda y sin tener que hacer nada en especial, mi agenda está lista para hacer llamadas, mi calendario muestra todas mis citas, y se ha descargado mi correo. Al momento me sugiere actualizar a Android 1.5, versión que apareció mientras mi HTC Magic me esperaba en su cajita, en un estante. La actualización dura apenas diez minutos y es totalmente transparente para el usuario a excepción del lógico reinicio. La pantalla es capacitiva, es decir, como la del iPhone. No se hunde (como las resistivas), es rígida. No necesita punteros, pero como funciona con nuestro campo electromagnético natural, hay que tocarla con los dedos desnudos, aunque con los guantes de cuero de la moto he comprobado que funciona. En cualquier caso, es una gozada manejar el teléfono con los dedos. La precisión es alta y pocas veces me equivoco. El sistema operativo se mueve con soltura y sólo se echa de menos la agilidad que tiene iPhone al rotar la vista. En el exterior, apenas media docena de botones físicos. Los de colgar y descolgar llamada (este último es el de encendido y apagado del terminal), y los propios de los móviles con Android. Home, que lleva al escritorio, Menú, que abre el menú contextual de cada aplicación en la que estemos, Atrás, que pasa a la ventana o aplicación anterior, hasta llegar al escritorio, y Buscar, que abre un cuadro de búsqueda contextual también (si estamos en el navegador, busca en Google, si estamos en los contactos, busca en la agenda, etc.) Además el botón de subir/bajar volumen, y la bola que funciona como un trackball, y que permite manejar el terminal de forma cómoda e intuitiva. Me ha costado menos habituarme a la bola que al famoso "ratón de dedo" (sic) del Samsung Omnia. La cámara es simplemente aceptable. Con 3,5 Mpx no permitirá imprimir una foto en DIN A4 pero al menos sí tiene la suficiente calidad para subirla a Flickr, o a nuestra red social favorita.
En resumen: Un terminal sensacional con un sistema operativo que se ajusta como un guante y que da la talla. Nota final, un 8,5/10.
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