Han pasado nueve días desde que el PC grande quedó en coma. Por increíble que parezca, el equipo sobrevivió al virus Win32:Agent-AABX, que conseguí eliminar, limpiar, desinfectar, erradicar... A lo que no sobrevivió fue a Microsoft y sus cagadas. Porque por increíble que parezca (insisto) lo que ha matado a mi PC ha sido Windows XP, no el virus. El famosísimo problema del cuelgue a los 34 minutos de terminar. (Google tiene miles de entradas al respecto)
Lo que jamás me explicaré es por qué en el mismo equipo, se puede instalar desde cero Windows XP, y sin embargo una instalación de Reparación dé problemas en la fase de instalación de dispositivos. Es decir, que el dispositivo que da problemas en la reinstalación, no los da en la instalación limpia. Ergo ¿dónde está el problema? ¿En la configuración hardware de mi PC? Más bien no. En problema lo tiene Windows y sus indigestiones aleatorias consigo mismo.
Me he pegado con el problema. He eliminado la carpeta C:\WINDOWS\INF\ donde están los descriptores de los drivers, a fin de que la instalación usase sólo aquellos presentes en el CD de instalación. Pero ni por esas. He buceado en el setupapi.log cuál es el dispositivo que da problemas, y no es desenchufable. Es la controladora SATA. La misma controladora SATA que controla el disco duro en el que ya se ha instalado medio Windows, pero que a partir de ese punto ya no sabe cómo manejar. Y la misma controladora SATA que si se instala Windows en limpio, no da ningún problema. Así es Windows y sus indigestiones. ¿Y la solución? Pues por increíble que parezca (de nuevo), no hay solución ni oficial ni extraoficial para este problema que afecta a miles de personas. Simplemente resignarse. Windows está así de mal hecho.
Y lo increíble es que tras ocho años de vida de Windos XP, Microsoft no haya sido capaz de solventar este problema que a juzgar por lo que dice Google, afecta a cientos de miles de personas.
En resumen. Que lo que toca es reinstalar desde cero todo el equipo, todos los programas, todos los dispositivos, y demaś. Y no sólo reinstalarlos, sino también configurarlos. Un calvario que nos dedica Microsoft con todo su cariño. Qué hartito que estoy...
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