Lo he visto en la tele, así de reojo y ha sido una pedrada visual. El amor no es la hostia. Coño, ya lo he vuelto a poner bien... No, no, lo que ponía allí era
El amor no es la ostia. Es el lema de la ultimísima campaña contra el maltrato intergénero del superministerio de Igualdad de Bibiana Aído, alias
la miembra. Esa pobre ministra víctima de la LOGSE cuyo objetivo en la vida parece dinamitar los cimientos de la lengua de Cervantes. Volviendo al folleto, es fácil el juego de palabras. Hace referencia la polisemia entre algo que es muy grande o extraordinario, y al golpe, bofetada, cachete o puñetazo propinado sobre una cosa o sobre una persona, en este caso, una mujer. Todo bien, salvo que el amor, no sólo no es la hostia, sino que tampoco es la ostia, como reza el anuncio. Porque una ostia es una ostra. A nueve euros la media docena las vi el otro día.
Y hete aquí lo que dicen los súper tacañones.
hostia.
3. f. vulg. malson. Golpe, trastazo, bofetada.
1. loc. adj. vulg. malson. Muy grande o extraordinario. Se ha comprado un coche de la hostia.
ostia.
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Como siempre digo... ¿Por qué yo lo veo y quien cobra por verlo, no lo ve? En fin, si es que hacer las cosas bien es la ostia. Digo no, coño. La hostia. Que tó se pega, menos la hermosura.
1 comentarios. Deja alguno tú.:
me ha pasado exactamente lo mismo que a ti. He visto ese cartel, y da verguenza, ver que encima proviene del Gobierno. Que pena
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