4 sept 2007

El sueño de Agus

Mi colega Agus ha tenido uno de los sueños más surrealistas que jamás me hayan contado. Tanto es así que contando con su aprobación no he podido resistirme a plasmar el relato que bien podría ser un guión para un cortometraje experimental. Ni que decir tiene que este sueño pertenece única y exclusivamente al subconsciente de Agus y que él tiene todos los derechos reservados sobre el mismo.
Escena 1. Aeropuerto. Agus está en un aeropuerto, y se encuentra a su amigo de toda la vida. Ese "amigo de toda la vida" es una persona a quien Agus no conoce en la vida real, y no le suena de nada, pero en el sueño era su amigo de toda la vida. Tras intercambiar saludos, su "amigo de toda la vida" le dice que está esperando a Zapatero (el actual presidente del gobierno en España), y que si se les une. Agus, fascinado por tan glamuroso encuentro no lo duda, y aguarda pacientemente la llegada del presidente. A la llegada del mismo, Agus (que de por sí es es bastante alto), dice ver a ZP de una altura cercana a los tres metros y quedarse muy impresionado con la talla del presidente. A continuación, Zapatero sugiere ir a dar una vuelta en su jet, y Agus y su amigo de toda la vida acceden. Tras introducirse en el avión, se les comunica que van a ir a Alcorcón, localidad del sur de Madrid que entre otras cosas se caracteriza por no tener aeropuerto. Los protagonistas avistan Alcorcón desde la ventanilla del avión.

Fundido al negro


Escena 2. Descampado. Los tres compañeros de viaje: Zapatero, Agus y su "amigo de toda la vida", caminan por un descampado en Alcorcón. Agus camina con dificultad porque acarrea en cada mano un paquete de arroz que, por la descripción que hizo de él, parecía ser marca "La Fallera" (paquete de plástico transparente, a través del cual se veía el arroz). Según su relato el cargamento de arroz era muy pesado y le impedía seguir a sus compañeros, que constantemente le increpaban en tono amistoso por no poder seguir su ritmo. En un momento dado, avistan un coche tuneado de color azul intenso metalizado, junto al cual hay un grupo de yonkis drogadictos y poligoneros (dícese de aquellas personas que frecuentan las discotecas de baja calaña situadas en los polígonos industriales) que se encuentran sentados en el suelo formando un círculo, y ante tal visión, Zapatero echa a correr a gran velocidad hacia el corro formado por los nuevos personajes. Viendo la velocidad del presidente, Agus piensa "claro, es lógico que corra tanto porque como tiene muchas pelas, está siempre en el gimnasio y está muy en forma."
Cuando Zapatero alcanza a los drogadictos, se sienta con ellos en el suelo con las piernas cruzadas saludándolos, los cuales le saludan con expresiones como "¿Qué pasa, tronco, cetapé, cuánto tiempo?" (léase con voz cazallera típica de los "quedaos").

Fin

2 comentarios. Deja alguno tú.:

Laura Sahagún dijo...

Antonioni, al lado de esto, se queda a la altura de José Luis Ozores, vamos...

Laura Sahagún dijo...

Digo, Mariano, o sea

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