El Síndrome de Diógenes es un trastorno del comportamiento que, entre otras características presenta un voluntario y total abandono por la limpieza del hogar. De cuando en cuando aparece en las noticias de televisión alguna espectacular noticia de un caso de Diógenes extremo, en el que se encuentran toneladas y toneladas de basura y objetos inservibles en el domicilio de algún anciano, tras su muerte. La diferencia entre una persona que padece este desorden y una persona "sana" es que ante la misma visión de una habitación con basura hasta el techo, estriba en que la persona con Diógenes verá que su casa es perfectamente normal mientras que la persona "sana" se aprestará a comenzar una limpieza de emergencia. Si hago esta introducción es porque si bien el Síndrome de Diógenes afecta a un porcentaje relativamente bajo de la población, lo que yo llamo su homólogo emocional afecta a casi la porción complementaria. Seguir leyendo
Publicado en Luz y Sombra
1 comentarios. Deja alguno tú.:
No estoy de acuerdo con esta cosa tan metafórica, tan poética, tan maniquea y tan reduccionista de Diógenes y su aspiradora. Para empezar, el hecho de ser consciente de un problema no te libera del mismo. John Nash acabó dándose cuenta de que alucinaba en colores, pero eso no le libró nunca de las alucinaciones. Es decir, la gente, efectivamente, no cambia, sino que, cuando evoluciona, hace fructificar sus límites, respetándolos, aprendiendo de ellos (¿le suena a alguien esto?). Las cosas no se solucionan por darse cuenta de que tu casa está sucia, por pasar la aspiradora y tirar luego las pelusas por la ventana. Entonces es cuando, el día menos pensado, sopla un poco de viento en contra, la basurilla vuelve toda junta y se te mete por todas las ventanas convertida en superpelusa mutante, y se te traga vivo, con aspiradora incluída. Y te deja la casa hecha un asco.
Yo, antes de acabar con la pelusa, prefiero tomarme unas cañas con ella, que seguro que tiene cosas importantes que contarme antes de irse de mi casa por su propio pie (o en taxi).
Cómo me gustan las metáforas...
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