18 mar 2005

Trinidades

Hay días que uno se levanta místico. Empieza a pensar acerca de mil cosas extrañas que en otras circunstancias no aparecerían por los pensamientos de uno, y se le ocurren conexiones que de otro modo jamás habría trazado.
No somos más que electricidad. Un conjunto de cargas eléctricas negativas que merodean en torno a otras positivas en una dualidad onda-corpúsculo, neutralizándose unas a otras. Somos átomos. Pero los átomos de los distintos elementos no son sino potencias del átomo más sencillo y a la vez más abundante del Universo. El Hidrógeno. Y así, el Helio no es más que hidrógeno + hidrógeno, 2 protones, 2 neutrones y 2 electrones. El Litio son 3 de cada, y así sucesivamente hasta completar todos y cada uno de los elementos. (Dejamos a un lado las variantes isotópicas producidas variando el número de neutrones).
Pero el Hidrógeno no es más que un núcleo de un protón y un neutrón, acompañados felizmente por un electrón. Tres entidades unidas en una sola. Tres que son uno, y uno que son tres. Una Trinidad sencilla y universal.
Pero pensando pensando, me doy cuenta de las trinidades que hemos tenido a lo largo del misticismo. La Trinidad cristiana de Padre, Hijo y Espíritu Santo que son uno solo, Dios. De nuevo tres elementos unidos en uno solo. Pero esto no es patrimonio del Cristianismo. En el hinduísmo tenemos a Brahma, Vishnú y Shiva, y los griegos tenían a la tríada de hermanos, Zeus, Poseidón y Hefestos. Las más importantes religiones han utilizado esa unión de tres elementos muy diferenciados entre sí, que se compensaban mutuamente para formar una única y esencial entidad, unidad y patrón del poder. De la energía a fin de cuentas.
¿Es casual o de alguna manera los místicos desde antiguo han sentido esa presencia primigenia de lo que llamamos Hidrógeno, por cauces que me son del todos desconocidos, siendo de este modo inspirados para crear el concepto trinitario? No deja de ser curioso que algunas de las religiones más antiguas hayan usado exactamente la estructura del hidrógeno presente en todo el universo para dar cuerpo a su concepción de la creación de ese mismo Universo y la comprensión de su funcionamiento.
Pero aún podemos dar una vuelta de tuerca más. Cada partícula elemental, ya sean protones, neutrones, electrones, o sus hermanas más excéntricas como positrones, neutrinos, mesones, bosones y demás, está compuesta a su vez por otra tríada. Tres quarks. Tres que son uno. Otra Trinidad.

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