Porque hacer oposición "por oposición", sin atender a razones es demagogia, cuando no una simple necedad.
Porque hay que partir de la base de que no todas las personas tienen las mismas capacidades. Las hay más inteligentes y las hay menos inteligentes. Eso no es segregación, ni discriminación. Es aceptar la diversidad humana, del mismo modo que aceptamos que las personas son más o menos altas, más o menos gordas, o con la piel más o menos oscura. Igualdad no significa homogeneidad, sino que todos tengan los mismos derechos y oportunidades.
Porque actualmente en una clase con niveles intelectivos muy dispares, el ritmo lo marcan los lentos, perdiéndose aquellos muchachos brillantes que por circunstancias familiares no pueden acudir a una educación privada que potencie sus capacidades. Y en el mejor de los casos simplemente se aburrirán. En el peor, adquirirán hábitos perjudiciales y se sumarán a la masa simplemente por simpatía. Recordemos que son niños, esas personas con caracteres en formación, fuertemente influenciables por el entorno.
Porque en la vorágina privatizadora y de recorte de medios a la escuela pública que se ha vivido en la Comunidad de Madrid en los últimos años, y que ha precarizado la educación de forma dramática, una iniciativa como ésta que pretende salvar de la quema, al menos, a los mejores de cada casa es bienvenida.
Porque detectar desde pequeños a aquellos niños que tienen una capacidad superior a la media y dotarles de medios y educación adecuadas a su nivel no puede ser nunca una segregación para los otros, que seguirán disfrutando de la misma educación que tendrían con o sin la existencia del Bachillerato de la Excelencia.
«Cuando un verdadero genio aparece en el mundo, lo reconoceréis por este signo: todos los necios se conjuran contra él.» -- La Conjura de los Necios. John Kennedy Toole.
7 comentarios. Deja alguno tú.:
A mi, a pensar de estar de acuerdo con lo que dices, lo que no me cuadra del todo es el método de selección: solo notas no sirve.
El nivel de notas viene muy determinado por otros factores, entre ellos y con mucho peso la situación socioeconomica. Yo valoraría otras cosas: iniciativa, aptitudes, actitudes... Pero es que para eso ya existe el Bachillerato Internacional.
No deja de parecerme curioso que se aluda a la condición socioeconómica cuando se viene cacareando durante años que los niños bien han huido hace mucho de la escuela pública a la privada... Se supone que los que quedan en la escuela pública (a los que les aplica esta medida), son los pobres. ¿No?
Yo haría las cosas de otra manera, qué quieres que te diga. El Bachillerato es una enseñanza no obligatoria, por tanto, el que quiera que se quede y el que no, que se vaya, pero manteniendo un buen nivel, porque se supone que de ahí vas a salir a unos estudios superiores y deberás tener una buena base.
Otra cosa es la enseñanza obligatoria. Yo metería el corte en la ESO: una Secundaria para los que pasan de todo y tienen claro que no van a seguir y otra con más nivel para los que van a ir a Bachillerato. Pero eso de crear 80 plazas y "sortearlas" entre todos los institutos de la Comunidad... pues no, porque habrá muchísimos chavales con notas altísimas y capacidad de sobra que se queden fuera. Y eso no significa que no sean "excelentes", sólo que no había sitio para ellos.
Sorry. He borrado el comment porque lo hacía desde otro user que no quería utilizar. Elimina el tercero del todo porfa, y éste si quieres también. Ya está solucionado.
Thanx.
Laura: Algo así proponía la LOE, y se les echaron encima por elitistas. Pocas ideas del PP aplaudiré, pero esa era una de ellas.
Como dice Txema, ya existe el bachillerato internacional, y lo que Nacho comenta de "detectar desde pequeños a aquellos niños que tienen una capacidad superior a la media y dotarles de medios y educación adecuadas a su nivel" está muy alejado del nivel educativo del bachillerato. A esas alturas, ya será tarde.
Totalmente de acuerdo en darle atención a los superdotados, dentro del ámbito escolar, dentro del itinerario curricular, no simplemente darles más tarea sino realmente motivarles, y no permitir que sean lastrados por un sistema educativo que premia al mediocre.
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