Y voy por partes. Estoy de acuerdo en su contenido porque (casi) todo cuanto afirma es cierto, faltaría más. Es cierto que la república sólo podría llegar a España mediante una compleja reforma constitucional, mediante un golpe de Estado o alguna otra causa aún más improbable y dramática. Es cierto que la república no solucionaría los problemas políticos de España. Y también es cierto que no necesariamente tiene por qué ser más barata. Y por supuesto es cierto que hay cosas más importantes desde el punto de vista político. Pero es que esa no es la cuestión.
Y no es la cuestión porque cuestión republicana no es un debate político, sino simplemente un debate moral. No es concebible una democracia en la que se deposita (casi) todo el poder en el pueblo. Porque ese déficit democrático deja una mácula indeleble en nuestro supuesto régimen de igualdad. No negaré que hay regímenes democráticos desiguales, con mal reparto de la riqueza, como EE.UU. sin ir más lejos. También es cierto que hay dictaduras como la cubana por ejemplo que fomentan un mejor reparto de la riqueza (otra cosa es que un embargo reduzca esa "riqueza" a la mínima expresión) dándose el hecho de que hay hoy un mayor porcentaje de universitarios con la dictadura castrista que con en tiempos del dictador anterior.
Hay multitud de personas que estos días se están manifestando diciendo algo así como "yo me iría encantado a Holanda o Dinamarca, donde se vive fenomenal y son monarquías". Y la cuestión es: ¿Realmente que se viva bien o mal es lo que denota que un régimen político sea mejor o peor? ¿Una dictadura militar garantista y dotacional para con los ciudadanos sería entonces aceptable para esta gente? Pues para mí no. Por eso Cuba tampoco me parece un modelo. Porque insisto, la cuestión de si es preferible una república o una monarquía no depende de los cambios que suponga para el ciudadano sino de la cuestión moral que implica tener la potestad de elegir a todos (insisto, y recalco la palabra todos) y cada uno de nuestros representantes. Como leí el otro día en un afilado tweet, "La república tampoco solucionaría el cambio climático, ergo viva la monarquía."
@LironCareto Me encanta. Me sumo a la estupidez. #LaRepublicaNoEsLaSolución al cambio climático, ergo viva el Rey.
— Srta Leica (@SrtaLeica) June 3, 2014
No voy a caer en la bisoñez de afirmar que el hecho de que los ciudadanos puedan elegir directamente a su Jefe de Estado, como a cualquier otro representante político implica necesariamente un cambio (ni a mejor, ni tampoco a peor) en la calidad de vida del día a día de los ciudadanos. La calidad de vida en 1979 en España era muy similar a la que podía disfrutarse en 1974. ¿Es esto un argumento válido para afirmar que la democracia, en tanto en cuanto no supuso una mejora en la calidad de vida, no suponía ningún avance respecto a la dictadura franquista y por tanto un régimen democrático no es preferible frente a un régimen dictatorial? Se me podrá decir que la cosa avanzó y mejoró la calidad de vida. Sí. Pero a eso responderé dos cosas. En primer lugar, que durante la dictadura también se avanzó en calidad de vida generalizada y que evidentemente estamos ahora muchísimo mejor que en 1975. Pero la mejora de las condiciones de la ciudadanía no era patrimonio exclusivo de la democracia. La Seguridad Social sin ir más lejos fue un producto de la dictadura. En 1975 la calidad de vida en España era infinitamente mejor que en 1940. Por otro lado, sí es cierto que en España desde 1977 se avanza a pasos agigantados pero, ¿es esto un producto del hecho democrático en sí mismo o más bien fruto de una serie de sucesos ajenos a quehacer diario? La entrada en la CEE (imposible siendo una dictadura, desde luego), supuso una inyección económica brutal pero, ¿qué habría pasado si no hubiésemos entrado en la CEE? ¿Qué habría pasado si no fuésemos un país del entorno europeo o no hubiese existido la CEE? ¿Nos habría bastado con ser una democracia para mejorar a más ritmo del que prosperaba el franquismo? La respuesta es rotundamente no.
Y por supuesto esto no es un alegato a favor del franquismo (quien sea tan corto de miras que así lo vea, no hace falta que siga leyendo). Esto es una demostración palpable de que, si bien una democracia crea un entorno más atractivo para la inversión extranjera, en sí misma, como forma de gobierno, no produce beneficios como si fuera una cornucopia. Y sin embargo es preferible. ¿Por qué? Porque dotar a la ciudadanía de su cuota de poder es un anhelo lícito, necesesario y perseguible no sólo por los beneficios directos que produzca sino por la desazón moral que produce (o debería producir) su carencia. Y en España tenemos una cuota de poder que aún no hemos alcanzado los ciudadanos. La elección de nuestro Jefe de Estado.
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