La falacia de la representación

Acabo de leer una entrevista que Materia le ha hecho a Pablo Echenique-Robba, eurodiputado electo por Podemos. Sin embargo no voy a comentar aquí el hecho en sí de la entrevista ni su línea general, sino un hecho que me ha llamado poderosamente la atención, especialmente viniendo de una persona con su formación, o quizá por tener ese background científico. Echenique-Robba tiene una discapacidad y circula en una silla de ruedas. Al ser preguntado por cuántos europarlamentarios tienen discapacidad, ha recalcado que con él serán 3, de un total de 750, muy por debajo de la proporción de la población europea, de aproximadamente 1 discapacitado por cad 10 habitantes, lo que a su modo de ver debería implicar que 75 eurodiputados tuvieran alguna discapacidad, y que eso es un ejemplo más de la infrarrepresentación. Y aquí llegamos al tema. Las puñeteras cuotas y la falacia de la representación.

Lo que cabe preguntarse aquí es:

1. Para representar a un colectivo y defender sus derechos, ¿es imprescindible formar parte de ese colectivo?
2. ¿Es posible tomar una muestra de 750 personas del total de 500 millones de habitantes de forma que sea estadísticamente correcta?
3. Y aun en el supuesto de que 2. fuese posible, ¿tendría sentido?

Esto es lo que aplica a cualquier distribución por cuotas (como las que tenemos que sufrir en España para la integración de la mujer), como al que aduce Echenique-Robba con eso de que "siendo 750 eurodiputados debería haber 75 con alguna discapacidad para cumplir la estadística europea de 1 de cada 10".

Lo primero es que para representar a un colectivo, no creo que sea imprescindible formar parte de ese colectivo. Uno puede estar comprometido con una causa sin necesariamente tener que padecerla en primera persona. Yo puedo abogar por los derechos de las mujeres y su igualdad sin ser una mujer. Y no se me ocurre ninguna razón sensata por la cual por el mero hecho de ser hombre podría defender peor que una mujer los derechos de las mujeres. Asimismo puedo hacer mías causas de sectores de la sociedad desfavorecidos en los que no tengo por qué estar implicado de forma personal. Abogo por un mejor reparto de la riqueza y que haya empleo para todos aunque tenga casa, coche, y trabajo. Vamos, lo que se ha llamado toda la vida empatía y solidaridad.

Pero llegamos al segundo punto. ¿De verdad es posible tomar una muestra estadística fiel de 750 personas que represente a esos 500 millones? Empecemos por poner esos 75 eurodiputados con discapacidad. Habría que representar con igual fidelidad todos los colectivos. Hombres y mujeres, los distintos credos religiosos, veganos, homeópatas, pelirrojos y demás. Sin necesidad de hacer mucha cábala ya me atrevo a apostar que sean cuales sean esas 750 personas encontraré algo en lo que un colectivo determinado (el de los hemofílicos o el de los que padecen juanetes) que no está representado de forma correcta respecto al total, y mucho menos respecto a otros colectivos (veganos con juanetes, pelirrojas homeópatas...). Otra prueba más de la falacia de la representación y de que las cuotas son un artificio más que pretende crear la ilusión de una representación equitativa quizá creando más problemas de los que resuelve.

Pero como preguntaba en el punto 3 aún hay más. Determinados colectivos pueden no poder representarse a sí mismos o no tener sentido que se representen a sí mismos. La gente con parálisis cerebral o en coma profundo no puede representarse a sí misma en el Parlamento Europeo, y es imperativo que alguien que no padezca ese problema tome el testigo por ellos. De la misma manera los derechos de los analfabetos a tener una educación fueron defendidos por personas que no eran precisamente analfabetas. ¿Sigo?


En resumen. No es que una persona con discapacidad no pueda representar a los discapacitados tan bien como la que más, pero sí creo que es un fabuloso autoengaño pensar (como dice Echenique-Robba) que sólo las personas con discapacidad pueden representar y defender los derechos de los discapacitados.