El pan se pone duro. Este proceso es debido, únicamente, a la pérdida de agua. El pan cocido tiene una gran concentración de agua en su interior, con una muy baja tasa de agua en la corteza, lo que la hace crujiente. Si lo introducimos en una bolsa de plástico, impedimos que el agua de la miga, migre al exterior, pero no que sea absorbido por ósmosis por la corteza, más seca y por tanto ávida de agua. Por esta razón tras un día en una bolsa de plástico, el pan parece de goma.
Hoy tenía una chapata entera en la nevera, por supuesto, como una piedra con la que, en circunstancias normales habría podido hacer tres cosas: usarla como arma, fabricar pan rallado o tirarla a la basura.
Sin embargo Fleming no tiró a la basura el cultivo mohoso que encontró al volver de sus vacaciones, y yo he pensado: “Si el pan se queda duro por perder agua ¿qué pasa si lo rehidrato?” Bueno, pues el proceso es sencillísimo y muy satisfactorio. He cortado con un cuchillo de sierra el trozo que me iba a comer. Lo he metido debajo del grifo. Así, tal cual. Con esto conseguimos que se moje, pero no que penetre el agua en su interior. Pasados un par de minutos el agua ha penetrado lo suficiente como para cortar la corteza sin que se resquebraje. Con la corteza mojada, podremos corta ya la miga seca y abrir las dos mitades del trozo de pan. Una llegados a este punto, mojamos el la parte interior en la que hasta ahora no hubiese penetrado el agua. Reconozco que aquí, la perspectiva de comerme dos tostadas de pan mojado, con esa textura babosilla que adopta estuvo a punto de hacerme cejar en mi empresa, pero no. He metido las rebanadas mojadas (dejando que escurra el agua, vamos que no goteen) en el tostador, y las he tostado durante varios minutos. En mi tostador he necesitado unos cinco minutos, aunque dependerá del modelo claro. Al principio serán rebanadas de pan mojado, caliente. Después empiezan a ser pan normal, crujientito, ¡y finalmente pasan a ser tostadas de pan del día!
Puedo asegurar que la textura lograda es increíblemente buena. No se diferencia de tostadas hechas con pan recién hecho. Y en realidad, dado lo simple del proceso de endurecimiento del pan, no debería sorprender que el revertir dicho proceso fuese igual de simple. Y así es :) Y yo he desayunado mi pan con tomate de cada domingo como un señor.
4 comentarios. Deja alguno tú.:
Mmmmm... pan con tomate, ya sabes que me encanta... Eres un genio de la cocina vida...
Mil besos...
El pan mojado no es una mala idea, ni parece algo para nada pringosillo...si le añades un poco de tomate, pimiento, cebolla, pepino, ajo, aceite y vinagre tienes un gazpacho riquísimo...
Si mojas la barra entera, como has hecho, partiéndola por la mitad, y la metes en el horno caliente, envuelta en un trapo de cocina limpio, te la puedes comer también, hace el mismo efecto que con la tostadora.
Un día te me vas a electrocutá, con tanto experimento...
Deberías haber añadido al final del post: "Niños, no hagan esto en su casa sin supervisión de un adulto" (claro, que hay cada adulto Pepe Gotera que... en fin).
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