Hoy Ramón me ha enseñado un truco acojonante que me ha fascinado. Es una especie de singularidad matemática. Como un agujero negro que se traga todos los números, incluido a sí mismo. Es el 123.
Se trata de coger cualquier número al azar, sin importar lo extenso que sea, y contar sus dígitos pares (incluido el cero, claro), contar los impares, y finalmente el total de dígitos, y formar otro número con esas tres cifras. Pares, impares, total. Al número resultante, se le somete a la misma operación, y siempre acabamos en el número 123, que al someterlo a dicha operación, da el 123, por lo que se autodigiere en un bucle sin fin.
44, pares, 2; impares, 0; cifras totales, 2. 202.
202, pares, 3; impares, 0; cifras totales, 3. 303.
303, pares 1; impares, 2; cifras totales, 3. 123 (la liamos)
123, pares, 1; impares, 2; cifras totales, 3. 123...
Probad con cualquier otro número.
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