Así las cosas, los obeliscos no podían tallarse en arenisca, ya que era quebradiza y no soportaba la tensión en una forma tan alargada. El mejor material que podía encontrarse en Egipto era granito, muy abundante además en Suanu (el actual Asuán). En Suanu existía impresionantes canteras de granito negro, rojo, azulado, rosa o rojo de donde se extraía la piedra para los sarcófagos, estatuas y por supuesto, para los preciosos obeliscos monolíticos, que tenían una media de unos 20 metros de alto. El más alto de todos ellos habría sido el que quedó inacabado, abandonado en una de las canteras de Asuán, con sus 42 metros de longitud (está tumbado) y un peso aproximado, una vez terminado, que rebasaría de largo las mil toneladas. Sí, sí... 1.000 toneladas. Más de un millón de kilogramos. El brutal obelisco seguramente se abandonó por fisurarse. Ya he comentado que tenía que ser de una sola pieza, por lo que en el momento de romperse, inutilizó todo el esfuerzo empleado hasta el momento.
Agujeros hechos teóricamente con dolerita |
Otra cuestión que no se ha podido responder es el transporte y manipulación de estas burradas de piedra. Si hay bloques de piedra en las pirámides
que llegan a pesar 60 toneladas y difícilmente nos explicamos cómo los movían, ¿de qué manera se explica mover un obelisco medio de 300 toneladas, o uno del tamaño del que quedó a medias en Asuán, de más de mil toneladas? ¿En qué barco podrían transportarse mil toneladas? ¿Cómo era la tecnología naval egipcia para permitir tal capacidad de carga? Pero no se acaban ahí las preguntas. Si a mí me encargasen hacer un obelisco, tallaría un trozo de granito de forma más o menos alargada, lo bajaría desde la cantera a la explanada, y allí le daría forma de obelisco tranquilamente. Sin embargo los egipcios tallaban el obelisco, con forma de obelisco, directamente en la roca madre, extrayéndolo ya casi acabado, listo para pulir y tallar las inscripciones. Lo mejor de todo, es que lo tallaban literalmente abriendo a su alrededor un sarcófago, como puede apreciarse en esta fotografía del obelisco de Asuán, (ya no me caben más fotos insertadas en el artículo) por lo que una vez terminado, lo sacaban del hueco en vertical. ¿Con qué grúa?
Como escéptico que soy, huyo de explicaciones fantasiosas que impliquen a extraterrestres, fórmulas filosofales para licuar la piedra, o zarandajas por el estilo. Pero desde luego hay cosas que no tienen explicación, y ello indica que hay aún muchas lagunas de conocimiento sobre el antiguo Egipto, y que probablemente jamás resolveremos.